5 de julio de 2003
Ha pasado una semana desde la última vez que hablé con Phil, llamé a Karen, no me fiaba de él, me avisó de que podía venir Phil en cualquier momento, pero han pasado demasiados días, dudo que venga.
-¿Hayley?
-¿Eh?
-Que si quieres un helado. -Dice Harry ofreciéndome uno.
-Sí, gracias.
En esta semana he pasado más tiempo con Harry, me ha demostrado que puedo confiar en él, y me siento a gusto estando a su lado.
A Danny lo veo de vez en cuando yendo detrás de alguna chica, no volvimos a hablar de aquel pequeño error que cometimos. Y si nos vemos es cuando estamos con el grupo, nunca nos vemos a solas, nos evitamos mutuamente, no tengo nada más de qué hablar con él.
Y a Dougie ya lo hemos integrado también en el grupo, con Christine no llegó a nada, y que yo sepa, tampoco se han vuelto a ver.
-Estás muy rara estos días, ¿te pasa algo?
-No, no, tranquilo. Ya te acostumbrarás a mis cambios de humor.
-Bueno, no pasa nad...
-¡HAYLEY! -Grita Gio dirigiéndose a nosotros.
-¿Qué pasa?
-Por fin te encuentro... Hay un chico que pregunta por ti.
-¿Quién?
-No lo sé, preguntaba a todo el mundo por ti.
-¿Dónde está?
-En la puerta del despacho.
-Vale... Gracias.
Gio se va por donde ha venido y Harry me mira intrigado. Sé que ese chico que pregunta por mí es Phil. No puede ser otro. No quiero volver a verle, pero me siento obligada a hacerlo.
-¿Qué pasa? -Pregunto confundida.
-Te has puesto blanca.
-Acompáñame, por favor.
Harry me mira sin entender nada pero asiente sin preguntar. Se lo agradezco.
Caminamos hacia el despacho con paso acelerado, no sé si Harry ha pronunciado palabra,. pero si lo ha hecho, no lo he oído. No paro de pensar en Phil, en su mirada, en su sonrisa, en su voz... Me costó muchísimo superarlo cuando me abandonó. Y pensar que ahora tengo la oportunidad de volver a verle me aterra.
Entramos en el edificio y lo primero que veo es la figura de Phil apoyada en la pared esperando, supongo, al director. Me entra una sensación de odio mezclada con otra sensación que conozco bastante bien. Sí, amor.
-Phil...
Gira sobre sí mismo y me mira sonriente.
-Vaya... Cuanto tiempo, Hayley.
Oír su voz en persona me recuerda a aquella vez que nos vimos por última vez. Era feliz. Era diferente. Esa era la Hayley que desprendía alegría, no esta.
-¿Quién es tu amigo? -Pregunta mirando descaradamente a Harry.
-Harry. -Contesta este- Hayley, ¿de qué conoces a este tío?
-Una larga historia...
-¿No le has hablado de mí? ¿Y eso?
-Por ser tan hijo de puta.
-Eh... Creo que sobro. Luego te veo, Hayley.
-Adiós, Harry.
Y después de tanto tiempo, volvemos a quedarnos solos. Mentiría si dijera que no estoy nerviosa, estoy nerviosa, muchísimo, y Phil no lo pone nada fácil.
Se acerca cada vez más a mí, su mirada intimida y me hace sentir pequeña. Sensación que odio.
-Te he echado de menos.
-Vete a la mierda. -Contesto cruzada de brazos y le lanzo una mirada de odio.
-Vamos, Hayley, volvamos a empezar de cero.
Se acerca insinuante y agarra mi cintura pegándome a él.
-¿Pretendes que empecemos de cero después de todo lo que he pasado?
Me separo de él bruscamente, mientras que los chicos y chicas que pasan por ahí se nos quedan mirando.
-¿Por qué no? -Insiste Phil.
-No quiero hablar de esto aquí. Ven.
Le agarro de la mano y nos encaminamos hacia uno de los jardines que tiene la residencia de Dougie, es un lugar más tranquilo que mi residencia.
Me siento en el césped y espero a que Phil imite mi movimiento.
-Todavía me quieres, ¿verdad? -Pregunta sin esperármelo.
Está sentado demasiado cerca y sus ojos brillan esperando un claro "sí" que nunca llega.
-Vete a la mierda.
-¿Puedes dejar de mandarme a la mierda?
-No.
-Hayley... Sabes que no tengo paciencia para estas cosas.
-No te hace falta mucha paciencia en este momento, sólo tienes que aceptar que no quiero volver a ver esos ojos que me vuelven loca.
-Sigues enamorada de mí.
-¡No! ¡No sigo enamorada de ti! Ni de ti ni de ningún otro hombre, todos sois unos cabrones que sólo sabéis hacer daño.
Empiezo a perder los nervios y todos sabemos cómo suele acabar esto.
-Hayley, mírame.
Agarra mi barbilla y levanta mi cabeza haciendo así que me pierda en su mirada. A quién pretendo engañar, sí, le sigo queriendo.
-Perdóname por todo lo que hice, nunca debí haberme ido. Supongo que esperas una explicación de todo esto, pero no la tengo. Sé que estás enfadada, pero también sé que todavía sientes algo por mí. No me mientas, Hayley, sé cuando mientes y cuando no.
-¿Por qué te presentaste así en casa de Karen? ¿Por qué no me dejaste en paz cuando te pedí que lo hicieras?
-Porque me di cuenta de que no podía vivir sin ti.
Se acerca lentamente a mis labios, pero no puedo permitir que vuelva a ocurrir aquello que destrozó parte de mi vida.
-No lo hagas.
-¿Por qué? ¿Hay otro? ¿Es el chico con el que estabas antes?
-No, no hay ningún otro. Simplemente no quiero que ocurra.
Se empieza a reír, gesto que me molesta bastante. Intento levantarme pero agarra mi mano.
-Hayley, por favor. Podrás engañar a todos los que están aquí, pero a mí te costará un poco más.
Me tiene totalmente controlada, él lo sabe y es lo que más me desagrada. Sabe que puede hacer conmigo lo que quiera, que voy a ceder en cualquier momento. Y tengo miedo de que vuelva a hacerme daño. Porque yo ya no sé si puedo volver a confiar en él, no sé si me hará lo mismo, no sé si será capaz de hacerme algo peor, no sé nada, ni siquiera tengo una pequeña idea.
Vuelve a acercarse, esta vez cedo, necesito sentirlo cerca, como cuando empezó todo.
-Esta vez haremos las cosas bien. -Dice segundos antes de que nuestros labios vuelvan a encontrarse.
Pero ese momento nunca llega.
Veo como Danny nos está mirando fijamente, sorprendido diría yo. Phil se separa y me mira extrañado.
-¿Qué pasa?
No dejo de mirar a Danny, y Phil mira en la misma dirección.
-Espera... ¿Ese no es Danny?
-¿Lo conoces? -Digo extrañada.
-¡Claro!
-¿De qué?
-Verás, Hayley... Cuando me fui... -Silencio. Un nudo se instala en mi garganta- Me mudé un tiempo a Manchester, y allí conocí a Danny.
-Ah...
Danny se acerca con una amplia sonrisa y Phil se levanta, chocan sus manos mientras los observo desde el suelo.
-Tío, cuánto tiempo, ¿qué tal todo? ...
Me levanto y me voy dejándoles hablar de sus movidas, se ve que cualquier cosa es más importante que yo.
¿Acaba de estar a punto de ocurrir lo que creo que ha estado? ¿Otra vez ha vuelto a caer? Y... ¿Por qué cuando he visto a Danny se ha apoderado de mí un sentimiento de culpabilidad? Preguntas que seguirán rondando en mi cabeza hasta que algún día consiga una respuesta.