sábado, 20 de octubre de 2012

Capítulo 14: "Te he echado de menos"

Una semana después...
5 de julio de 2003

Ha pasado una semana desde la última vez que hablé con Phil, llamé a Karen, no me fiaba de él, me avisó de que podía venir Phil en cualquier momento, pero han pasado demasiados días, dudo que venga.

 -¿Hayley?
 -¿Eh?
 -Que si quieres un helado. -Dice Harry ofreciéndome uno.
 -Sí, gracias.

En esta semana he pasado más tiempo con Harry, me ha demostrado que puedo confiar en él, y me siento a gusto estando a su lado.
A Danny lo veo de vez en cuando yendo detrás de alguna chica, no volvimos a hablar de aquel pequeño error que cometimos. Y si nos vemos es cuando estamos con el grupo, nunca nos vemos a solas, nos evitamos mutuamente, no tengo nada más de qué hablar con él.
Y a Dougie ya lo hemos integrado también en el grupo, con Christine no llegó a nada, y que yo sepa, tampoco se han vuelto a ver.

 -Estás muy rara estos días, ¿te pasa algo?
 -No, no, tranquilo. Ya te acostumbrarás a mis cambios de humor.
 -Bueno, no pasa nad...
 -¡HAYLEY! -Grita Gio dirigiéndose a nosotros.
 -¿Qué pasa?
 -Por fin te encuentro... Hay un chico que pregunta por ti.
 -¿Quién?
 -No lo sé, preguntaba a todo el mundo por ti.
 -¿Dónde está?
 -En la puerta del despacho.
 -Vale... Gracias.

Gio se va por donde ha venido y Harry me mira intrigado. Sé que ese chico que pregunta por mí es Phil. No puede ser otro. No quiero volver a verle, pero me siento obligada a hacerlo.

 -¿Qué pasa? -Pregunto confundida.
 -Te has puesto blanca.
 -Acompáñame, por favor.

Harry me mira sin entender nada pero asiente sin preguntar. Se lo agradezco.
Caminamos hacia el despacho con paso acelerado, no sé si Harry ha pronunciado palabra,. pero si lo ha hecho, no lo he oído. No paro de pensar en Phil, en su mirada, en su sonrisa, en su voz... Me costó muchísimo superarlo cuando me abandonó. Y pensar que ahora tengo la oportunidad de volver a verle me aterra.
Entramos en el edificio y lo primero que veo es la figura de Phil apoyada en la pared esperando, supongo, al director. Me entra una sensación de odio mezclada con otra sensación que conozco bastante bien. Sí, amor.

 -Phil...

Gira sobre sí mismo y me mira sonriente.

 -Vaya... Cuanto tiempo, Hayley.

Oír su voz en persona me recuerda a aquella vez que nos vimos por última vez. Era feliz. Era diferente. Esa era la Hayley que desprendía alegría, no esta.

 -¿Quién es tu amigo? -Pregunta mirando descaradamente a Harry.
 -Harry. -Contesta este- Hayley, ¿de qué conoces a este tío?
 -Una larga historia...
 -¿No le has hablado de mí? ¿Y eso?
 -Por ser tan hijo de puta.
 -Eh... Creo que sobro. Luego te veo, Hayley.
 -Adiós, Harry.

Y después de tanto tiempo, volvemos a quedarnos solos. Mentiría si dijera que no estoy nerviosa, estoy nerviosa, muchísimo, y Phil no lo pone nada fácil.
Se acerca cada vez más a mí, su mirada intimida y me hace sentir pequeña. Sensación que odio.

 -Te he echado de menos.
 -Vete a la mierda. -Contesto cruzada de brazos y le lanzo una mirada de odio.
 -Vamos, Hayley, volvamos a empezar de cero.

Se acerca insinuante y agarra mi cintura pegándome a él.

 -¿Pretendes que empecemos de cero después de todo lo que he pasado?

Me separo de él bruscamente, mientras que los chicos y chicas que pasan por ahí se nos quedan mirando.

 -¿Por qué no? -Insiste Phil.
 -No quiero hablar de esto aquí. Ven.

Le agarro de la mano y nos encaminamos hacia uno de los jardines que tiene la residencia de Dougie, es un lugar más tranquilo que mi residencia.
Me siento en el césped y espero a que Phil imite mi movimiento.

 -Todavía me quieres, ¿verdad? -Pregunta sin esperármelo.

Está sentado demasiado cerca y sus ojos brillan esperando un claro "sí" que nunca llega.

 -Vete a la mierda.
 -¿Puedes dejar de mandarme a la mierda?
 -No.
 -Hayley... Sabes que no tengo paciencia para estas cosas.
 -No te hace falta mucha paciencia en este momento, sólo tienes que aceptar que no quiero volver a ver esos ojos que me vuelven loca.
 -Sigues enamorada de mí.
 -¡No! ¡No sigo enamorada de ti! Ni de ti ni de ningún otro hombre, todos sois unos cabrones que sólo sabéis hacer daño.

Empiezo a perder los nervios y todos sabemos cómo suele acabar esto.

 -Hayley, mírame.

Agarra mi barbilla y levanta mi cabeza haciendo así que me pierda en su mirada. A quién pretendo engañar, sí, le sigo queriendo.

 -Perdóname por todo lo que hice, nunca debí haberme ido. Supongo que esperas una explicación de todo esto, pero no la tengo. Sé que estás enfadada, pero también sé que todavía sientes algo por mí. No me mientas, Hayley, sé cuando mientes y cuando no.
 -¿Por qué te presentaste así en casa de Karen? ¿Por qué no me dejaste en paz cuando te pedí que lo hicieras?
 -Porque me di cuenta de que no podía vivir sin ti.

Se acerca lentamente a mis labios, pero no puedo permitir que vuelva a ocurrir aquello que destrozó parte de mi vida.

 -No lo hagas.
 -¿Por qué? ¿Hay otro? ¿Es el chico con el que estabas antes?
 -No, no hay ningún otro. Simplemente no quiero que ocurra.

Se empieza a reír, gesto que me molesta bastante. Intento levantarme pero agarra mi mano.

 -Hayley, por favor. Podrás engañar a todos los que están aquí, pero a mí te costará un poco más.

Me tiene totalmente controlada, él lo sabe y es lo que más me desagrada. Sabe que puede hacer conmigo lo que quiera, que voy a ceder en cualquier momento. Y tengo miedo de que vuelva a hacerme daño. Porque yo ya no sé si puedo volver a confiar en él, no sé si me hará lo mismo, no sé si será capaz de hacerme algo peor, no sé nada, ni siquiera tengo una pequeña idea. 
Vuelve a acercarse, esta vez cedo, necesito sentirlo cerca, como cuando empezó todo.

 -Esta vez haremos las cosas bien. -Dice segundos antes de que nuestros labios vuelvan a encontrarse.

Pero ese momento nunca llega.
Veo como Danny nos está mirando fijamente, sorprendido diría yo. Phil se separa y me mira extrañado.

 -¿Qué pasa?

No dejo de mirar a Danny, y Phil mira en la misma dirección.

 -Espera... ¿Ese no es Danny?
 -¿Lo conoces? -Digo extrañada.
 -¡Claro!
 -¿De qué? 
 -Verás, Hayley... Cuando me fui... -Silencio. Un nudo se instala en mi garganta- Me mudé un tiempo a Manchester, y allí conocí a Danny.
 -Ah...

Danny se acerca con una amplia sonrisa y Phil se levanta, chocan sus manos mientras los observo desde el suelo. 

 -Tío, cuánto tiempo, ¿qué tal todo? ...

Me levanto y me voy dejándoles hablar de sus movidas, se ve que cualquier cosa es más importante que yo.
¿Acaba de estar a punto de ocurrir lo que creo que ha estado? ¿Otra vez ha vuelto a caer? Y... ¿Por qué cuando he visto a Danny se ha apoderado de mí un sentimiento de culpabilidad? Preguntas que seguirán rondando en mi cabeza hasta que algún día consiga una respuesta.



jueves, 28 de junio de 2012

Capítulo 13: "Phil" Parte II


 -Hayley, sé que estás ahí. Lo siento por lo de antes.  -Habla Phil.
 -¿Qué dice? -Pregunta Dougie inquieto.
 -Sh, cállate. -Digo en susurros. Consigo armarme de valor para contestar a Phil tranquila- ¿Qué quieres ahora?
 -Verte.
 -Un poco tarde para eso, ¿no crees?
 -Nunca es tarde para eso. Hayley, cometí un gran error yéndome así como así.
 -¿Me dejaste por teléfono e intentas que volvamos de la misma manera? Me esperaba algo más de ti.
 -Escúchame, dime dónde estás para que podamos hablar de esto tranquilamente.
 -No tengo nada que hablar contigo.

El nudo en mi garganta vuelve y las lágrimas acuden a mis ojos, pero impido que se derramen. Me prometí que sería fuerte.

 -Venga, Hayley, sé que quieres.
 -No tienes ni puta idea de todo lo que sufrí cuando me dejaste tirada, Phil, ni puta idea, y espero que no pienses que me tienes comiendo de tu mano. Adiós.
 -¡No cuelgues! Espera...
 -¿A qué? ¿A qué quieres que espere? Olvídame, Phil, te lo estoy pidiendo por las buenas.
 -Dime donde estás.
 -Joder, ¿para qué lo quieres saber si no puedes venir?
 -Haré cualquier cosa para volver a verte.
 -Adiós, Phil.

Y antes de que pueda contestar, ya he colgado. Aunque retener las ganas de llorar, no ha servido de mucho.
Dougie me mira esperando el resumen de la conversación a la vez que su rostro refleja pena y preocupación.

 -Quiere verme. -Digo mientras seco mis lágrimas.
 -Pero... ¿Sabe dónde estás?
 -No.
 -¿Entonces?
 -No lo sé, pero quiere verme. Doug... -Digo mirándole fijamente a los ojos- Sé que va a hacer todo lo posible para venir. Todo.
 -¿Cómo estás tan segura de ello?
 -Porque lo conozco, y ese tono lo utilizaba cuando cumplía sus promesas.
 -Pero tal vez...
 -Dougie, vendrá.

Miro hacia el horizonte y cubro mi cara con mis manos apoyando mis codos sobre mis muslos. Suspiro sonoramente y vuelvo a mirar a Dougie.

 -Ya no sé qué hacer, no puedo seguir evitándole, no consigo nada si lo único que hago es huir.


A unos kilómetros de distancia, concretamente, en Liverpool, se encuentra Phil en el salón de su casa inquieto.

 -Phil, ¿quieres estarte quieto? Me estás poniendo nerviosa. -Protesta su madre.
 -Tengo que hacer una llamada.

Phil coge el teléfono y sube a su habitación apresurado. Marca el número de la casa de Hayley con la esperanza de que alguien lo descuelgue.

 -¿Sí? -Contesta una mujer.
 -¿Hayley?
 -No, Hayley no está. ¿Quién eres?
 -Soy... Un... Un amigo.
 -¿Un amigo? Hayley nunca me ha hablado de ningún amigo suyo...
 -Es que somos... Somos amigos secretos.
 -Ya... ¿Y qué querías de ella?
 -Es que había quedado con ella pero no contesta al móvil.
 -¿Que has quedado con ella? ¿Ahora? Eso es imposible.

El tono de Karen cada vez suena más serio y a Phil no le quedan más ases en la manga.

 -¿Por qué? ¿Dónde... Dónde está?
 -Si no te lo ha dicho, no creo que sea asunto tuyo.
 -Pero...
 -Dime la verdad, ¿quién eres?

Cuelga Phil. ¿Demasiado cobarde para contestar? ¿O demasiado valiente para presentarse en casa de Karen?
Se prepara para salir de casa y le dedica a un madre un "vuelvo luego". Ya enfrente de la casa de Karen, duda si llamar o no, pero... Ha ido allí por algo, ¿no? Y sin darle más vueltas al asunto, decide llamar.
Le abre una mujer sonriente.

 -Hola. ¿Quieres algo? -Contesta esta.
 -Eh... ¿Está Hayley?
 -¿Otra vez tú?

Una Karen honesta y agradable, se convierte en una Karen arisca y borde.

 -Sólo estoy preocupado por Hayley, no me coge el móvil.
 -Hayley está perfectamente. Pero ahora no está.
 -La esperaré dentro.

Y antes de que le dé tiempo a contestar a Karen, Phil entra en el salón mientras es perseguido por la supuesta madre de Hayley.
Phil, que a observador no le gana nadie, se fija en un folleto que hay encima del mueble. Pero no es un folleto cualquiera, es el folleto del campamento donde se encuentra Hayley. Este se acerca a él y lo coge para inspeccionarlo detalladamente.

 -Mmm, un campamento en Londres... Hayley está ahí, ¿verdad?
 -No es asunto tuyo.
 -Eso es un sí. Pues muchas gracias, por cierto, me llevo esto, puede hacerme falta.

Y sale de la casa dejando a Karen con la palabra en la boda. De nuevo.


jueves, 7 de junio de 2012

Capítulo 12: "Phil"

 -No... No debería haber pasado. -Dice costosamente, intentando convencerse a sí mismo de lo que acaba de salir de su boca.
 -¿Cómo?
 -No puedo explicarlo...
 -Inténtalo.
 -Es que... -Silencio.
 -Danny, créeme que es mejor que lo intentes a que pases de hacerlo.
 -No quería joder las cosas contigo, quería hacerlo bien. Pero veo que no sirvo para eso...
 -Deberías haberlo pensado antes, ¿no crees?
 -Sí, lo sé, pero... Joder, Hayley...
 -¿Joder, qué? ¿Crees que disfruto tirándome a tíos que luego van a pasar de mi cara? Que mira, si ha pasado, ha pasado, no hay vuelta atrás, pero podrías haberlo pensado antes.
 -Lo siento, Hayley...
 -Por favor, vete.
 -Pero...
 -Vete.

No dice nada más, recoge su ropa, se viste y se va.
Me pongo el pijama y me siento sobre la cama. Si quería aprovecharse de mí, lo ha conseguido. Pero es la última vez que confío en un tío. La última. Paso de ser el juguete con el que se satisfacen cuando tienen algún calentón. Yo ya estoy harta de todo esto.
Poco a poco me va venciendo el sueño.

28. Junio. 2003
Hoy el sol no entra por las rendijas de la persiana alumbrando parte de la habitación. Parece que ni el tiempo me va a animar hoy.
Ya vestida y preparada me dispongo a bajar a la cafetería a desayunar, pero al parecer se me adelantan las chicas.

 -¡Hayley! -Dice Gio sonriente.
 -Ey...
 -¿Bajas a desayunar? -Pregunta esta vez Vicky. 
 -Sí, iba ahora... ¿Y tú quién eres?
 -Carrie, la hermana de Tom. -Contesta la rubia de pelo rizado.
 -Yo soy Hayley, como has oído, ya ea hora de que nos presentaran...
 -Ya ves, tenía muchas ganas de conocerte.
 -¿Sí? Vaya, es la primera vez que oigo eso.
 -Hablan maravillas de ti.
 -Eso es porque no me conocer realmente...

Las tres se miran con una mirada interrogante y yo continuo caminando.

 -¿Venís o qué?
 -Vamos, vamos. -Contesta la morena.

Bajamos a la cafetería, desayunamos entre anécdotas y cotilleos, cuando de un momento a otro suena mi móvil. Phil. No puede ser. No ahora. ¿Por qué? ¿Por qué me llama cuando me dijo su último adiós?
El color de mi piel cambia automáticamente a un blanco pálido y mis manos comienzan a temblar. No estoy preparada.

 -Hayley, ¿estás bien? -Me pregunta Vicky con cierta preocupación en su mirada.
 -Sí, sí... T-t-tengo una... una llamada. Ahora... Ahora vengo.
 -Claro... No está bien. -Oigo como le dice eso último a su amiga.

Salgo con paso acelerado de la cafetería y me apoyo en la pared del pasillo del edificio.
Descuelgo el móvil.

 -¿Qué cojones quieres de mí?
 -Vaya, vaya... Veo que han cambiado tus modales.

 -No te lo voy a repetir otra vez, ¿por qué has llamado?
 -¿No puedo llamarte?

 -¿Te recuerdo lo que me dijiste antes de irte?
 -Refréscame la memoria.
 -"No me llames, no quiero saber nada de ti, mañana me voy de la ciudad y no sé cuando volveré".
 -Te acuerdas muy bien de aquello.
 -Se me quedó grabado.
 -Veo que no has conseguido olvidarte de mí.
 -No.
 -Hice un bien trabajo entonces. 
 -Hijo de puta. -Digo entre dientes.
 -Tranquila, cariño. ¿Dónde estás?
 -¿A ti qué coño te importa? 
 -Claro que me importa, me sigues queriendo. Lo sabes tú y lo sé yo.
 -Yo ya no te quiero, Phil, te odio.
 -Dime dónde estás.
 -No pienso decírtelo.
 -Dime dónde estás si no quieres que le haga una visita a Karen de tu parte.
 -NO TE ACERQUES A ELLA. 
 -Entonces, dime dónde estás.
 -VETE A LA MIERDA.

Cuelgo con rabia y apoyo mis manos en mi cabeza con desesperación.

 -Eh, eh, eh, eh, Hayley, ¿pasa algo? -Dice colocando una de sus manos en mi hombro mirándome con preocupación.
 -Déjame en paz.

Me deshago de él mientras las lágrimas se apoderan de mis ojos.

 -Vamos, dímelo.
 -Pasa de mí, Danny, olvídame.

Acelero el paso dispuesta a salir del edificio cuando oigo su voz a mi espalda.


 -SÓLO ME PREOCUPABA POR TI, ¿EH?
 -QUE TE JODAN.


¿Sinceramente? No tengo ni idea de adónde voy, pero eso no será ningún problema, ya que veo a Dougie a lo lejos. Me acerco a él sin darle ninguna orden a mis pies de que paren, y sin darme cuenta ya estoy bajo sus brazos. Ahora mismo, lo necesito más que a nada y más que a nadie.

 -Hayley, Hayley, ¿qué ocurre?
 -No debería haber venido, Doug. Debería haberme quedado con Karen.
 -¿Karen?
 -Mi... Mi tutora.
 -Bueno, ese será otro tema. ¿Qué te pasa ahora?

Le arrastro hacia el banco más cercano y le miro a sus ojos azul verdoso.

 -Me voy a ir del campamento. -Digo clavando mi mirada. 
 -¿QUÉ? ¿Por.. Por qué?
 -Porque...

Seco mis lágrimas con la manga de mi camiseta, pero no impide que cesen.

 -Tranquilízate, ¿vale?
 -No puedo, Doug, no puedo.
 -Claro que puedes. Empecemos desde el principio. Karen es tu tutora, ¿no? -Asiento levemente. -Y quieres dejar el campamento por ella, ¿me equivoco? -Niego con la cabeza. -Vale, pues ahora te vas a tranquilizar y me vas a contar todo, ¿de acuerdo?
 -Esto nos va a llevar un buen rato.
 -Tenemos todo el tiempo del mundo.

Consigue arrancarme una sonrisa y mi confianza se multiplica. Cuando consigo relajarme, comienzo a contarle todo. Absolutamente todo.

 -Verás... ¿Te acuerdas que te dije que mi tía había pasado por lo de tu madre?
 -Sí. 
 -Pues no fue mi tía, es más, no tengo tía. Fue Karen.
 -¿Entonces tu padre te abandonó?
 -No... Verás, de pequeña tenía un amigo que se llamaba David, pero... murió... -Hago una pausa, me cuesta hablar de esto.
 -Lo... Lo siento muchísimo.
 -No te preocupes. Y bueno, él era el hijo de Karen.

 -Entiendo... Pero entonces... ¿por qué es tu tutora? ¿Y tus padres?
 -Mis padres murieron, y ella era la única que podía, y quería, hacerse cargo de mí. 

 -¿Y por qué quieres volver con ella? ¿No estás a gusto aquí?
 -Porque soy lo único que tiene. Aquí esto a gusto, Doug, no lo dudes, nunca me habían aceptado tan rápido, pero Phil...
 -¿Phil?
 -Mi ex. Esa es otra historia.
 -Soy todo oídos.

Flashback
*Hace unos meses...*

Hoy he vuelto a quedar con Phil, la verdad es que es un amor de chico, nunca imaginé que volvería a tener una relación de amistad, y mucho menos una relación que sobrepasara la amistad.
Ya arreglada y lista, llaman a la puerta.

 -Vooooy. -Digo con tono alegre.

Pero al abrir la puerta no me encuentro al chico que esperaba ver. Es Karen.

 -Vaya recibimiento, hacía tiempo que no tenía uno así.
 -No era para ti.
 -Ya decía yo... Da gusto entrar en casa, oye.
 -Lo siento, Karen, es que he quedado con Phil y pensaba que eras él.
 -Entiendo... Chicos...
 -Sí, chicos, así que, si no te importa, sigo con mis "chicos...".

Karen entra y va a la cocina para dejar las bolsas de la compra. En ese momento, suena el fijo.

 -¡Ya lo cojo yo! -Grito para que me oiga Karen. -¿Sí?
 -Esto... Hayley... -Es Phil. -Que hoy no vamos a poder quedar.
 -Vaya... ¿Y eso?
 -Más bien, ni hoy ni nunca.

Primer vuelco del momento.

 -¿Por... Por qué?
 -No me llames, no quiero saber nada de ti, mañana me voy de la ciudad y no sé cuando volveré.
 -Pero...
 -Adiós, Hayley.

Segundo vuelco. Y último.

Fin Flashback


 -Y eso es lo que pasó con Phil. -Digo finalmente.
 -No hay palabras para describir lo que hizo.
 -Yo sí tengo un adjetivo muy bonito especialmente para él. Hijo de puta. Y parece ser que hoy se lo he podido decir.
 -¿Cómo? ¿E-Está aquí?
 -No. Me ha llamado.
 -¿Cuándo? ¿Ahora?
 -Por eso estaba así, porque acabo de hablar con él, no estaba preparada... Además, no es sólo que haya hablado con él, es lo que me ha dicho...
 -¿Qué... Qué te ha dicho?
 -Que si no le decía dónde estaba, iba a hacerle una visita a Karen... Joder, Doug, no puedo seguir aquí, tengo que ir con ella.
 -No. Tú no vas a ninguna parte. ¿De qué es capaz Phil?
 -No... No lo sé, es muy celoso y posesivo, pero nunca ha llegado a ponerme una mano encima.
 -Lo mismo sólo quiere asustarte, no será capaz de hacer nada. Vamos, Hayley, tranquila, ¿vale?
 -Sí... Gracias.
 -Eh, no las des, no he hecho nada.
 -Has hecho mucho más de lo que imaginas, Doug...

En ese momento, vuelve a sonar mi móvil. Número oculto.
Cuelgo. Si es importante, volverán a llamar. Y sí, vuelven a llamar.

 -Cógelo. -Dice Doug seriamente.

Hago caso a Dougie y descuelgo el móvil.

 -¡Hayley! -La voz que suena al otro lado me es conocida. Muy conocida.

Vuelvo a quedarme blanca como el papel. No estoy preparada para volver a oír su voz de nuevo.

 -¿Qué? ¿Qué pasa? ¿Quién es? -Me dice Dougie con cierto temblor en sus palabras.

Mis labios sólo son capaces de gesticular un simple "es Phil", el cual Dougie entiende a la perfección.



jueves, 17 de mayo de 2012

Capítulo 11: "Anoche me quedé con ganas de hacer algo"

27. Junio. 2003

Esa sensación de no haber dormido nada en toda la noche, esa sensación de querer recordar lo que hiciste la noche anterior y que no seas capaz de hacerlo. Esa sensación es la que siento ahora mismo. Ojala tuviera la capacidad de controlar esto, sería una de las mejores cosas que existirían. No recordar la muerte de David, no recordar la muerte de mis padres. Pero, en fin, este es el mundo real.
Sí, mis padres murieron, por causas distintas. Uno por cumplir con su deber, la otra por cobarde. Nunca he hablado de la muerte de mis padres y ni siquiera sé por qué lo hago ahora, supongo que para que quede un tema zanjado en mi memoria.
Cómo murieron, se os estará pasando por la cabeza. Mi padre tuvo un accidente de avión, era piloto. No puedo dar muchos datos, era pequeña cuando ocurrió y mi madre nunca tuvo el valor para hablar de ello. Rehuía cada vez que le preguntaba. De la muerte de mi madre puedo hablar más, me lo contó Karen cuando me adoptó pocos años después de la muerte de su hijo, David. Quería saberlo, necesitaba saberlo, era mi madre.
Según Karen, mi madre estaba muy enamorada de mi padre y no consiguió superar su muerte, le dio al alcohol, a las drogas, a todo lo que pasara por delante de ella que le pudiera hacer olvidar aquello. Pero sólo conseguía hacerse más daño.
Tanto física como psicológicamente estaba hecha un desastre, y por más que intentaba ayudarla, no me quería a su lado. Era pequeña, sí, poco podía hacer, pero por lo menos lo intentaba. La verdad es que me dolió muchísimo la muerte de mi padre, era el único que estaba a mi lado en todo momento, sin contar a Karen.
Os podéis hacer una idea de lo que hizo con su vida, ¿no? Sí, se suicidó. Me costó asimilarlo, muchísimo, pero lo hice, con ayuda o sin ella, eso no importa, lo importante es que conseguí superarlo. Karen me lo contó cuando vio que tenía suficiente capacidad como para intentar comprenderlo. Pero no lo comprendí, no en ese momento. Llegué a odiar a mi madre, aun muerta. Cuando pensaba en ella, una única palabra se me pasaba por la cabeza, "cobarde". Sí, era una cobarde. Se mató porque perdió a alguien a quien quería, pero no se daba cuenta de que en la vida real había mucha gente que daría su vida por ella. Pero las drogas no le dejaban ver esa realidad, se cerraba en su mundo y cometía locuras. Y a base de esas locuras, logró suicidarse.
Supongo que esa es otra de las cosas que me ha enseñado a ser fuerte, a saber ver la vida con otros ojos. A no depender de nadie.
Nunca fui capaz de hablarle de este tema a nadie, ni siquiera a Phil, las únicas que sabemos de su existencia somos Karen y yo. Y nadie más lo sabrá.
Nunca he hablado de cómo me sentí al enterarme de aquello. Sí, llegué a odiar a mi madre, pero nunca hablé de lo que sentí realmente. Y creo que es hora de hacerlo, necesito quedarme a gusto conmigo misma, soltarlo de una vez y dejar que el futuro se ocupe del resto.
Sentí miedo. Miedo a no ser capaz de superarlo. Como ya dije, intenté quitarme la vida más de una vez, y el tema principal fue el suicidio de mi madre. Creía que no podía con aquello, la gente me daba de lado y sólo encontraba apoyo en Karen. Pero para mí no era suficiente, quería estar bien conmigo misma, y sabía que matándome no era la mejor solución. Lo sabía, sí, pero no lo veía. Conceptos muy diferentes. Me dejaba llevar sabiendo las consecuencias.
Me alegro de haber cambiado en ese aspecto, ahora sé que puedo salir adelante con todo, que ya nada ni nadie me va a impedir ser feliz. Soy feliz a mi manera. He llorado muchísimo, pero el valiente es el que llora, ¿no? O eso dicen. No me considero valiente, la verdad, pero tampoco cobarde, y eso es lo que me hace seguir adelante, no de la manera más sensata, pero salgo adelante.

El ruido de alguien llamando a mi puerta me hace salir de mis pensamientos. Debo decir que hoy no he derramado ni una lágrima, y por ello me siento orgullosa de mí misma. Es raro que no haya llorado, pero es cierto.
Me levanto de la cama con un gran dolor de cabeza y voy costosamente hacia la puerta. Y ahí está Tom con una cara... extraña. Su expresión muestra entre miedo y enfado.


POV TOM

Todavía no entiendo por qué quiso hacerlo anoche, qué fue lo que se le pasó por la cabeza para cambiar de opinión de esa manera.
Por una vez se le veía que decía la verdad, que quería hacer las cosas bien con ella, pero de repente me encuentro aquello, y... adiós a todos sus esquemas. Y a los míos también. Entonces, ¿qué? ¿Otra chica más a la que llevarse a la cama? No, yo no quiero que eso sea así. Vale que no la conozco lo suficiente, que no sé nada de ella, pero en su mirada se ve una chica diferente, y si, según Danny, ha despertado gran interés en él, será por algo.
Aunque sinceramente dudo si se acuerda de lo que pasó anoche.
Bueno, yo me voy a ver a Gio, no creo que este se despierte, tendrá una buena resaca.
Pero antes de que pueda salir de la habitación, oigo una voz ronca a mi espalda.

 -Tom... ¿Qué pasó anoche? -Dice adormilado.
 -¿No te acuerdas? ¿De nada?
 -Sé que me llevé a Hayley a un lugar apartado, pero... nada más.
 -Joder, Danny, lo estás haciendo de puta madre.
 -¿Qué? ¿Qué he hecho ahora? Por favor, Tom, no me toques los cojones que bastante me duele ya la cabeza de por sí.
 -Y te lo tienes bien merecido.
 -Joder, Tom, estás insoportable, vete a ver a tu Gio y déjame tranquilo.
 -Muy bien, cuando quieras acordarte de lo que pasó ayer y te arrepientas, no me busques. Ahora sólo espera a que Hayley tampoco se acuerde.
 -¿Qué? No, no, joder, Tom, espera...

Salgo dejándome con la palabra en la boca, estoy harto de que siempre esté pensando en él, la gente también tiene sentimientos.
Tengo que ir a ver Hayley.
Cruzo el umbral del pasillo y llamo a su habitación. Mi expresión en estos momentos no es muy agradable, y eso no es normal en mí.
Me abre la puerta con una mueca de dolor mientras sujeta su cabeza con su mano.

 -¿No podías haber venido más tarde? La cabeza me va a estallar.
 -Lo siento, es que necesito que me contestes a unas cosas que llevo pensando desde que me he levantado...
 -Di.
 -¿Te acuerdas de lo que pasó anoche?
 -Eh... No. Sé que estaba con Danny, pero poco más, ¿por qué?
 -Pf... Menos mal. Vale, gracias.

Me dispongo a salir de la habitación pero su voz me lo impide.

 -Pero, ¿por qué? ¿Me lié contigo o algo?
 -No, no.
 -¿Entones? Mira, Tom, no me gusta que me dejen a medias, así que dímelo, por favor.
 -No sé si debería...
 -Dímelo.
 -Anoche...

De pronto se oye una voz al otro lado de la puerta.
Danny.

 -Hayley, necesito hablar contigo.
 -¿Pero qué pasa aquí? -Dice alarmada.

Se acerca a abrir la puerta y Danny me mira extrañado, preguntándose seguramente qué es lo que hago aquí.

 -Ya me podéis estar explicando qué cojones hacéis los dos aquí.
 -Creo que será mejor que lo habléis los dos a solas, yo no pinto nada.

Y dicho eso, salgo de mi habitación dejándoles a los dos dentro. La verdad es que no sé si hago bien dejando a Danny a solas con ella después de lo de ayer, pero si no se acuerda, no debo preocuparme, ¿no?
Me voy a ver a Gio.


POV HAYLEY

 -¿Qué pasa? -Digo un poco más calmada.
 -Eso es lo que me gustaría saber a mí.
 -Sé que tiene que ver algo con lo de anoche, Tom ha venido demasiado alterado.
 -¿Te ha contado algo?
 -No.
 -¿Te acuerdas de lo que hicimos anoche?
 -Danny, ¿me estás diciendo que tú y yo...?
 -No lo sé.
 -Genial...

Me acerco a la ventana soltando un gran suspiro. Esto no me gusta nada. Ya ocurrió una vez, y mira como acabó todo. Sí, hablo de Phil.

 -Habla con Tom, por favor, a mí no me quiere escuchar... -Dice acercándose a mí. 
 -Tengo que hablar con él, eso no ha podido haber pasado, no debe haber pasado.
 -¿Por qué? -Pregunta... ¿decepcionado?
 -¿Querías que pasara?
 -No. -Miente.
 -Pues ya está.

Nos quedamos unos segundos en silencio hasta que vuelvo a hablar.

 -Mira, Danny, olvidemos esto, ¿vale? Haya pasado o no. Es lo mejor que podemos hacer.
 -Está bien. Pero habla con Tom.
 -Lo haré.

Dicho eso, se va por donde ha venido.
Ahora me toca a mí pensar en todo esto. Y no sólo en lo que ha pasado, me toca pensar en mí misma.
Me visto, recojo la habitación y me voy al mismo sitio donde fui ayer, a aquel hermoso lago. Allí no habrá nadie que moleste.
Me tumbo sobre el césped y dejo que mi mente intente aclararse. Hora de ordenar mis sentimientos.
Si hubiera pasado algo, ¿seguiríamos igual? ¿Merece la pena evitarle por un simple desliz? Sé que esto ya pasó con Phil, e incluso por ello empezamos una relación, pero... Sé que no es lo mismo. Danny ha conseguido ganarme poco a poco, y eso es algo que muy poca gente ha conseguido. Algo me dice que me conoce más de lo que yo me conozco, y eso me asusta. No soy lo bastante buena para nadie.

¿Para qué pensar en un futuro teniendo un presente? Creo que ya es hora de divertirme y dejar de pensar en las consecuencias. 
Decidido. No voy a pensar. Cuando vea que debo parar, espero que no sea demasiado tarde.


***

Ya he hablado con Tom, ya está todo aclarado. ¿La verdad? Siento un gran alivio. ¿Por qué? No lo sé exactamente, pero lo que importa ahora es que me he quitado un gran peso de encima.
Sólo espero que Danny haya hablado con Tom.
Alguien llama a la puerta de la habitación.

 -Hayley. -Dice al otro lado de ella.

Danny.
Me acerco a abrir y muestra una sonrisa pícara.

 -Ya he hablado con Fletcher, y si te digo la verdad, anoche me quedé con ganas de hacer algo.

Se acerca lentamente hacia mí mientras se dibuja de nuevo una sonrisa juguetona en mi cara.
Me besa con violencia apoyando sus manos en mi cadera. Sediento, explorando cada rincón de mi boca con su lengua. Coloco mis manos sobre su pecho y continuamos con el beso mientras retrocedo hasta llegar a mi cama. Antes de dejarme sobre ella, quita mi camiseta con delicadeza, demasiada diría yo. Se tiende sobre mí y continua con sus besos, desde la comisura de mis labios hasta la clavícula. Se detiene sobre el lóbulo el cual muerde con violencia haciendo así que se me escape un leve gemido. Vuelve a mis labios sonriendo contra ellos. Le muerdo el labio inferior, gesto que le excita por su ardiente mirada. 
Le quito la camiseta con bastante menos delicadeza y la tiro a un lado de la habitación, trazo círculos sobre su piel con mi dedo provocándole leves cosquillas que erizan su piel. Se acerca a mis labios y me roba otro beso, desliza sus manos sobre mis muslos provocando leves descargas sobre mi piel, llega hasta el botón de mis pantalones y comienza a jugar con él. Finalmente, decide desprenderse de la prenda y la hace formar parte de la decoración del suelo de la habitación. 
Cambiamos posiciones, ahora me toca a mí tomar el mando de este pequeño juego. 
Deposito pequeños besos sobre su pecho hasta llegar al botón de su pantalón, repitiendo ese recorrido varias veces, centrándome en sus pezones donde dejo algún que otro mordisco. Mordiscos que hacen que varios suspiros y leves gemidos salgan de lo más profundo de su garganta.
Le miro con una sonrisa divertida y veo que está con la cabeza echada hacia atrás con los ojos cerrados. Esa imagen hace que mi sonrisa sea más pronunciada y aumenten mis ganas de continuar con el juego.
Desabrocho el botón con paciencia, notando un ligero bulto en su entrepierna. Deslizo sus pantalones con calma, demasiada calma.

 -Hayley... 

Su voz ronca pronunciando mi nombre, provoca un escalofrío que recorre toda mi espalda. Termino de quitarle los pantalones, otra prenda más que decora el suelo. Sólo nos queda la ropa interior.
Vuelve a colocarme debajo de él. Acerca su cara a la mía y me mira con sus grandes ojos, intentando intimidarme, pero sólo consigue que mi deseo hacia él aumente. 
Le muerdo el labio inferior de nuevo y roza mi hombro con su mano haciendo así que baje el tirante de mi sujetador. Veo cierto brillo en los ojos, brillo que aumenta cuando coloca una de sus manos sobre mi pecho, masajeándolo. Cierro los ojos sintiendo el placer que me hace sentir sin ni siquiera rozar su piel con la mía. Con la otra mano continua deslizándola por mi muslo. Se centra besándome el cuello, y vuelvo a colocarme encima suya. Donde aprovecha para desabrochar mi sujetador. Lo tira a un lado de la habitación y se queda mirando mis pechos. Por primera vez, me hace sentir incómoda.

 -Danny, tengo ojos.
 -Y muy bonitos, por cierto, pero ya los tengo muy vistos.

Hago un amago de levantarme, pero agarra mi cintura y me dedica una sonrisa agradable.

 -Era broma, tonta.
 -Pues tus bromas me tocan los cojones. Vuelve a hacerlo y te dejo con el calentón.

Se acerca para darme un beso. Beso con el cual hace que desee otro. Sensación que no me gusta para nada. Me quedo parada intentando convencerme a mí misma de que mis sentimientos hacia él no deben aumentar. 
Acaricia mi cara con suavidad, con temor a romperme. El recorrido se detiene de nuevo en mi pecho. Ahora lo masajea con más intensidad mientras juego con la goma de sus boxers. Retiro su mano de mi pecho y le miro divertida. 
Se queda quieto, mirando atentamente cada movimiento que hago. Continuo jugando con la goma de sus boxers, hasta que finalmente decido desprenderme de ella. La única prenda que cubre su cuerpo. Me mira con fuego en sus ojos, mandándome con una simple mirada que elimine esa prenda. Noto cómo ese bulto aumenta junto con la expresión de incomodidad de su rostro. Puedo asegurar que, ahora mismo, le quema la ropa interior. Me gusta verle sufrir. 

 -Por favor...  -Me mira con deseo en sus ojos.

Elimino esa prenda en un abrir y cerrar de ojos y muestra una cara de satisfacción. Intercambiamos posiciones de nuevo. Pero esta vez desprende mi ropa interior con demasiada rapidez, quiere que llegue el momento ya. Ambos desnudos, como Dios nos trajo al mundo, él encima, yo debajo. 

 -Danny...
 -¿Qué pasa? -Me mira con cierta preocupación.
 -Que...
 -¿Eres virgen?
 -No, no es eso. El condón.
 -Ah, coño. Creo que tengo uno en el bolsillo del pantalón.
 -¿Crees? Más te vale tenerlo porque te vas a buscarlo con la picha tiesa.
 -Ehm... Vale... No me odies tanto, por favor.
 -Búscalos ya, que se me va el calentón.

Se levanta y va en busca de sus pantalones, mira en su bolsillo y saca uno. Se lo coloca y vuelve a la misma posición de antes. Me roba un beso y se me escapa una sonrisa, sonrisa que se convierte en gemidos leves cuando noto cómo su lengua recorre mi cuello hasta llegar a mis pechos, donde se entretiene con ellos mientras da pequeños mordiscos. Continua bajando por mi vientre hasta detenerse debajo del ombligo, sin llegar a más. Hace el mismo recorrido repetidas veces, hasta que decide que es el momento. 
Se incorpora y separa mis piernas rozando suavemente con la yema de sus dedos mis rodillas ascendiendo por mis muslos. Coloca su miembro en la entrada y se impulsa hacia delante entrando en mí. Un leve dolor se apodera de mi cuerpo, pero nada comparado con aquella primera vez. Danny continua moviéndose hacia dentro y hacia fuera, penetrando, cada vez con más velocidad. Me vuelve a robar otro beso mientras aumenta cada vez más la velocidad. Varios gemidos se escapan de nuestras bocas sin pedir permiso, gemidos que aumentan el volumen cuando Danny aumenta la velocidad. 
Varios minutos después, realiza el último impulso, haciéndonos llegar al orgasmo. Explotando en nuestro interior. Sale de mí y se tumba encima mía, cansados, reventados, sudados. Tras volver a recuperar nuestra respiración normal, Danny se sienta al borde de la cama con sus manos tapando su cara.
Nada bueno me espera...

 -No... No debería haber pasado esto. -Dice costosamente, intentando convencerse a sí mismo de lo que acaba de salir por su boca.

martes, 1 de mayo de 2012

Capítulo 10: "Hemos dejado un tema pendiente"

POV Danny

Esta chica me está volviendo loco, ya no sé si quiere algo más, si tan sólo quiere jugar o es que le gusta verme sufrir.
Desde el primer momento que la vi ayer, me he sentido atraído por ella, y al seguirme el juego de esta manera, ha despertado gran interés en mí. Pero lo que odio es que a veces sea tan cabezota y orgullosa, pero sé por qué se muestra así  aunque no quiera admitirlo. Sé lo que esconde. Ella se cubre bajo una coraza para protegerse de todo el daño que le han hecho y no quiere mostrarse débil. Lo sé porque yo hago exactamente lo mismo que ella, el problema es que yo no soy tan transparente. Sé que tiene un corazón que no le cabe en el pecho, que daría su vida por los demás, y eso es lo que le diferencia de todas las tías con las que he estado, y por ello me llama la atención. Quiero conocerla de verdad, hacer las cosas bien por una vez en la vida.
La miro y continua mirando el lago, la verdad es que este es uno de los lugares más tranquilos del campus, aquí es donde suelo venir a componer, y ella lo ha descubierto.
Se me ocurre una manera para romper este silencio...

 -¿Nos bañamos?
 -¿Qué? ¿Estás loco? -Me mira sorprendida.
 -Tal vez. Pero, ¿sabes una cosa? Las mejores personas lo están. -Sonrío de medio lado y le arranco una pequeña sonrisa. -Vamos, sé que quieres.
 -Mentiría si dijera que no quiero.
 -¿Entonces? ¿Cuál es el problema?
 -Que tú seas un exhibicionista no me convierte a mí en ello.
 -Muy bien, entonces lo haremos a mi manera.

Me levanto del suelo con una gran sonrisa victoriosa, ella me mira extrañada pero su mirada se vuelve fría cuando ve mis intenciones. La verdad es que a veces me da miedo... Pero tengo que ablandar esa coraza y no hay mejor manera que hacerlo divirtiéndose.
Paso mis brazos por su espalda y por sus piernas y la levanto en peso. Me acerco lentamente al lago con una sonrisa triunfadora.

 -Date por muerto. -Dice lo más secamente posible mientras intenta deshacerse de mí. 
 -¿O sino qué?
 -O sino ya me encargaré yo de que te des por muerto... ¡ BÁJAME!
 -Venga, mujer, pero si en el fondo lo estás deseando.
 -Tú si que vas a desear no haber nacido.

Suelto una pequeña carcajada por su ingeniosa amenaza y por su cara enfadada de cría pequeña. Pero eso no me va a impedir hacer lo que me he propuesto.


POV Hayley

 -Te estás jugando tu descendencia. -Digo cansada de intentar deshacerme de él.
 -¿Me preocupo?
 -Deberías.
 -Vale, vale, ya te dejo.

Y es ahí cuando noto cómo se mete en el lago conmigo en brazos.
Suelta otra pequeña risa y me deja caer.

 -Te odio. -Digo poniéndome en pie.

El agua nos llega por la cintura y él se va acercando cada vez más, por lo que opto por salpicarle para que se aleje.

 -¡Mi pelo! -Dice pasando sus manos por su pelo tieso repetidas veces.
 -¡Oh! ¡Mi pelo! ¡Mi pelo! ¡Que se me riza! ... Por favor... Te consideraba menos femenino.
 -Odio mi pelo rizado... -Se cruza de brazos cual crío pequeño. 
 -Pijo.
 -Borde.
 -Infantil.
 -Borde.
 -Afeminado.
 -Borde.
 -¿Quieres cambiar de adjetivo?
 -Borde.
 -...
 -Arg. Me rayas.
 -JAJAJA. Venga, salgamos que vamos a coger un resfriado.
 -Tú no vas a ningún lado.

Y dicho eso, se acerca de nuevo y antes de que pueda darme cuenta ya lo tengo a pocos centímetros. Pero no me da tiempo a reaccionar, esta vez es él el que actúa más rápido y sujeta mis manos intentando hundirme, pero me deshago de él y me subo a su espalda y le despeino con mis manos mojadas, como contraataque.

 -No has sido capaz...
 -Ehm... Creo que sí.  -Digo con una sonrisa pronunciada mientras intento contenerme la risa.

Me bajo de su espalda e intento salir del lago, pero vuelve a ser más rápido que yo y me agarra del brazo haciendo así que choque contra su pecho.
Me mira desafiante.

 -¿Intentas intimidarme? -Digo alzando una ceja.
 -He intentado demasiadas cosas ya.
 -¿Ya te has dado por vencido?
 -¿Vas a ceder?
 -Tendrás que ganarte la respuesta.

Le miro con una sonrisa y vuelve a acercarse a mí. ¿Quiero besarle? ¿Por qué no? Aunque es divertido hacerle sufrir.
Noto su respiración cerca de mi boca, por... ya he perdido la cuenta, pero sé que está dispuesto a conseguirlo, y yo esta vez no se lo voy a negar. Coloca ambas manos sobre mi cadera y me acerca a él de nuevo.

 -¡Hayley!

Alguien grita a nuestro lado.
El enano.
Giro mi cara, y los labios de Danny se posan sobre mi mejilla. Oigo como susurra un casi inaudible "Genial..." seguido de un suspiro. Gira la cabeza hacia Dougie.
Salgo del lago dejando a Danny ahí y me acerco a Doug.

 -¿Os he cortado el rollo? -Dice avergonzado.
 -No, no, para nada, tranquilo.

Le sonrío con sinceridad y Danny se acerca a nosotros.

 -Vamos, que hoy tampoco ibas a ceder por lo que he oído, ¿no?
 -Te he dicho que te tendrías que ganar la respuesta.
 -Eres imposible... -Se dirige ahora a Dougie y le sonríe. -Hola, soy Danny.
 -Dougie. -Dice sonriendo tímidamente.
 -Es bastante cortado, sólo necesita coger confianza. -Digo pasando un brazo por los hombros del enano. 
 -Eh, por mí no te preocupes, todavía no me he comido a nadie.
 -Es lo que le dije yo el otro día.
 -Hayley, tú sí muerdes.
 -Ya te gustaría a ti que yo te mordiera.
 -Ese tema lo discutimos en privado mejor.

Me guiña un ojo mientras Doug nos mira con una sonrisa en sus labios.

 -Por cierto... -Comienza a hablar Dougie. -Han montado una fiesta al lado de la otra residencia.
 -¿Una fiesta? ¿Sin mí?
 -Asúmelo, Danny, no te quieren, te dan de lado. -Digo con una mueca mientras niego con la cabeza. 
 -Qué te he hecho yo para que me odies tanto...
 -No te odio, es sólo que... Te demuestro mi amor de otra forma.
 -¿Me quieres? -Sonríe viciosillo.
 -Sí, a dos metros. Tira a la fiesta, anda.
 -¿No venís?
 -¿Vamos, Dougie? Lo mismo está Christine allí.
 -Guay. -Dice con una sonrisa a la vez que se le achinan sus pequeños ojos.
 -Perfecto. -Dice el pecoso sonriente.
 -Cuántas ganas tienes de que vaya, ¿no? ¿Seguro que no quieres abusar de mí?
 -Si quisiera abusar de ti ya lo habría hecho.
 -Danny, le estás dando una imagen muy mala de ti a Dougie.
 -Lo siento, tío, no soy así. Es ella que saca mi lado mujeriego.
 -Uy, perdóneme usted.
 -Pues no te perdono.
 -Muy bien. Vámonos, Doug, dejemos a este... MUJERIEGO aquí solo.
 -Vale, vale, te perdono.

Antes de ir a la fiesta nos encaminamos hacia nuestras habitaciones para darnos una pequeña ducha después de haber estado en el lago, mientras Dougie espera en el pasillo.
Ya duchados y cambiados, vamos a la pequeña fiesta que han montado, de vez en cuando Danny soltaba alguna que otra broma suya para que Dougie se sintiera a gusto. Desde que le dije que él no tiene a nadie, parece que Danny lo ve con otros ojos, y eso me agrada.
Vale que Dougie no sea normal, y eso es lo que me gusta de él, pero no por eso merece ser excluido del grupo. Él tiene sus gustos como todo el mundo, que sean diferentes ese ya no es problema de nadie.
Llegamos a la fiesta y Danny nos lleva con su grupo. Noto a Dougie bastante tenso e intento tranquilizarle con una sonrisa y susurrándole un "Tranquilo...".

 -Hola, tíos. -Saluda Danny animadamente.
 -Hola, desaparecido. -Contesta Vicky. -¡Hayley! ¿A quién has traído? ¿Es el famoso Dougie?
 -Sí, soy Dougie, encantado.
 -Aish, qué educado. A ver si aprendes de él, Danny.
 -Sí, sí, mañana si eso. -Dice sin hacerle caso a su hermana.
 -Es insoportable...
 -Nah, se le coge cariño. -Digo mirándole de reojo.

Continuamos con las presentaciones. Al parecer Carrie, la hermana de Tom, también está por aquí con su novio, ya me la presentarán.
Os preguntaréis que de dónde han sacado el alcohol. Pues muy sencillo, se lo han pillado a los monitores. Este campamento es para adolescentes por lo que los monitores pasan de nosotros, y el director sólo se pasa por las mañanas de vez en cuando. Es un campamento extraño, pero mejor así.
Ya he perdido de vista a Dougie, en realidad he perdido de vista a todos, tampoco me preocupo en estar con ellos, esto es una fiesta y aquí unos viene a divertirse.

 -Hola, preciosa. -Dice un chaval a mi espalda.
 -Adiós.

Intento irme de aquí, pero el crío agarra mi brazo.

 -¿Adónde te crees que vas?
 -A cualquier sitio donde no estés tú.
 -¿No quieres pasar un buen rato conmigo?
 -No, gracias.

Intento alejarme de nuevo, pero él continua sujetándome.

 -Oh, vamos, si te lo pasarás bien.
 -No te lo niego, pero no me apetece, otro día.
 -Eso ya me lo ha dicho más de una.
 -Pues aplícate el cuento, machote. -Le doy varias palmaditas en la espalda.

Vuelvo a intentar deshacerme de él, pero una de sus manos vuela a mi cadera y la otra acaricia mi mejilla. Su rostro se acerca cada vez más al mío, apesta a alcohol, pero yo no me aparto, no sé si será efecto del alcohol o qué, pero no hago nada para impedir aquello.
Yo no. De eso ya se encarga Harry.

 -¡Ey, tíos! Qué bien os lo montáis, ¿eh?

Coloca cada brazo alrededor de nuestros cuellos .En el fondo se lo agradezco, puede que no hiciera nada para impedirlo, pero no quería que eso pasara.

 -Buah, pierdo el tiempo aquí. -Quita el brazo de Harry y se va dejándonos a los dos. 
 -¿Qué he hecho?
 -Más de lo que imaginas, Harry.
 -Perdón.
 -No, no, gracias por aparecer.
 -Oh. En ese caso... ¿Me concede este baile, señorita? -Hace un intento de reverencia y me ofrece su mano.
 -Pero, ¿qué? JAJAJA. Harry, por favor...
 -¿Qué? Aunque parezca que no, sé bailar.
 -Y no te lo niego, pero... No es momento de bailar ahora.
 -¿Cómo que no? Ven.

Agarra mi mano y me aleja del grupo de gente. Hace unos cuantos pasos de baile que no tienen ningún sentido y me invita a bailar. Un baile que no tiene nada que ver con la música que hay de ambiente, pero... ¿por qué no pasar un buen rato?
Pero antes de que vuelva a agarrar su mano de nuevo, otra persona agarra la mía. Un pecoso con el don de joder momentos.

 -Te la robo.
 -Joder, Dan, que siempre te llevas a todas.
 -Lo siento, tío, hay más por ahí.

Harry vuelve al grupo y Danny me lleva a un lugar más alejado.

 -¿Se puede saber a dónde coño me llevas?
  -Ya lo verás.

Se gira para giñarme un ojo y continua arrastrándome hacia algún sitio que desconozco. Se para frente a un tronco que hay en el suelo y me invita a sentarme en él. Y yo, como una niña obediente, le hago caso. No sé por qué, pero le hago caso. 
Aparece con más alcohol y se sienta a mi lado.

 -Antes hemos dejado un tema pendiente. -Dice bebiendo un trago y ofreciéndome la botella. 
 -No sé de qué me hablas. -Bebo un trago y se la ofrezco de vuelta.

Me mira con ojos deseosos. Ambos nos tenemos ganas, ambos hemos cogido el punto y en estos momentos no nos vamos a arrepentir de lo que hagamos.
Se acerca más a mí y mi sonrisa se hace más pronunciada. 

 -A lo mejor te refresca la memoria esto...

Deja la botella en el suelo e intenta romper la poca distancia que nos separa. Pero poso mi mano sobre su pecho empujándole levemente hacia atrás.

 -No creo que sea un buen momento. -Digo sonriendo.
 -Tienes una sonrisa preciosa.
 -Bebe y calla.

Le meto la botella en la boca y bebe un buen trago.

 -Sé que quieres violarme, no hace falta que me emborraches para eso, yo puedo fingir que no me gusta. -Dice con cara pervertida.
 -Que vicio tienes tú con violar y abusar, ¿no?
 -Es un problema que viene de serie, aunque se me ocurre una manera para solucionarlo... -Vuelve a poner la cara de hace unos segundos.
 -Danny...
 -Bebe y calla.

Esta vez es él el que me mete la botella en la boca, pero por poco provoca mi muerte.

 -Hijo puta, que me ahogas. -Digo entre toses.
 -Lo siento, ya no controlo.

Continuamos bebiendo entre bromas e insinuaciones hasta que estamos lo suficientemente borrachos como para no darnos cuenta de lo que hacemos.

 -Tengo que confesarte algo... -Dice con un tono serio.
 -Miedo me das...
 -TENGO PENE. JAJAJAJAJAJA

Y así es como Hayley pierde el sentido del oído.
En mi vida había oído semejante risa.

 -¿Alguna gilipollez más, señorito Jones?
 -Sólo una más.

Una sonrisa aparece en su rostro y automáticamente aparece otra en el mío. Acorta la distancia que nos separa y roza sus labios con los míos. Movimientos lentos y rápidos, un amargo sabor a alcohol de fondo y dos lenguas jugando al compás. Un beso, dos, tres... Cada vez la temperatura de nuestros cuerpos aumenta, y no sólo por el efecto del alcohol. Mete su mano por debajo de mi camiseta acariciando mi cintura. Separo mis labios de los suyos y le regalo una sonrisa juguetona. 
Sus ojos brillan más que de costumbre y acaricio sus labios levemente con la yema de mis dedos.

 -Vamos a otro sitio. -Dice robándome otro beso.

Beso del que no sólo somos espectadores nosotros dos.

 -¿Hayley?
 -¿Tom? ¿Eres tú? -Digo girándome para toparme con esos ojos color miel. 
 -Claro que soy yo.
 -Mañana hablamos más tranquilamente, ¿va? Que tenemos un asunto pendiente Hayley y yo.

Intenta ponerse en pie, pero por poco se cae de la borrachera que lleva encima.

 -No vais a ningún lado.
 -Oh, vamos, Tom, nunca te metes en estos temas.
 -No te acuerdas de lo que hemos hablado hoy, ¿no? ... Cómo te vas a acordar, si estás borracho... Anda, tira para la habitación.
 -Pero Tom.
 -Ni Tom, ni mierdas, vamos. -Agarra a Danny del brazo y le ayuda a mantener el equilibrio. -Lo siento, Hayley, créeme que no es buena idea esto.
 -No... No entiendo nada. -Digo realmente confusa.
 -Ya lo entenderás.
 -Eso espero. Bueno, me voy yo también, no hago nada aquí sola.

Dicho eso, después de ese pequeño percance, dejamos todos la fiesta y nos subimos cada uno a nuestra habitación.
Un día menos en este campamento. Ahora es cuando realmente empiezo a divertirme.

viernes, 20 de abril de 2012

Capítulo 9: "¿Pretendes seducirme?"

Me vuelvo a tumbar sobre el césped, pero esta vez no consigo dormirme, oigo los pasos de alguien aproximándose hacia aquí.
Se sienta a mi lado, empiezo a sentirme incómoda.

 -Hola. -Dice animadamente.

No le miro, no quiero hablar con nadie, quiero estar sola como he estado siempre. Soy una cabezota y una orgullosa, lo sé, pero a mí ya no me cambia nadie.

 -Soy Harry.

Ahora sí lo miro. Mi mirada se clava directamente en sus ojos azul mar.

 -¿Harry? -Digo sorprendida.
 -¿Me conoces?

Sonríe de lado. Ahora que me fijo bien, tiene una sonrisa preciosa, y de los ojos ni hablemos. Tiene un piercing en la ceja y varias mechas rubias sobre su pelo castaño.

 -Si eres el amigo de Danny y de Tom, digamos que me han hablado de ti.
 -¿Sí? ¿Y qué han dicho de mí?

Se acerca más y su sonrisa se hace más pronunciada.

 -No mucho, que has venido de España.
 -¿No te han dicho nada más?
 -Ehm... No.
 -Vaya... Es una pena, ya les comentaré que te hablen bien de mí.
 -¿Por qué ellos? ¿Es que tú no sabrías decir nada de ti, o qué?
 -Demasiadas cosas diría, pero me llamarías egocéntrico.
 -Ah, ¿que no lo eres?
 -JAJA, qué graciosa la niña.
 -¿A quién llamas tú niña?

Le miro con cara de pocos amigos arqueando una ceja.

 -Perdona, perdona, era en plan cariñoso.
 -Deja los motes "cariñosos" para otra.

Aquí, o todos los tíos son como Danny o como este, o unos pijos repelentes.
Lo único bueno de este campamento son las vistas.

 -¿Te vienes? He quedado con Tom y las chicas. -Dice sonriente.
 -¿Qué chicas?
 -Carrie, Vicky y Gio, ¿las conoces?
 -A Carrie no.
 -Vente, y así la conoces.

¿Voy? ¿No voy? Pf... no sé qué hacer. Estoy bien aquí. *¿Pero piensas pasar todo el verano sola?* Es lo que tenía en mente, sí.
No me va mal sola, la verdad, nadie me falla, no tengo que contar con nadie, nadie tiene que contar conmigo. Voy a mi rollo, sin importarme nada. No sé por qué debería cambiar ahora.

 -No me apetece.
 -¿Por?
 -No insistas.
 -Como quieras. Nos vemos.
 -Adiós.

Se despide con una sonrisa en los labios y se va por donde vino.
¿Que por qué no he ido con él, os preguntáis? Pues muy sencillo, como ya he dicho antes, me gusta estar sola. No me hace falta nadie para vivir.
Me levanto sin ganas y comienzo a caminar. Todavía no he visto el campus entero, demos un paseo por los alrededores.
Al lado de la residencia del enano, hay un gran lago, un lago realmente precioso. Ya está atardeciendo y el reflejo del sol y el cielo anaranjado sobre esas aguas es algo realmente mágico.
Me acerco al lago, y oigo una voz a mi espalda.

 -Bonito, ¿eh?
 -Precioso.
 -Como tú.

Me giro para toparme con los ojos del causante de esa voz tan jodidamente única. Sí, es él, Danny.

 -¿Pretendes seducirme? -Le miro divertida.

Se acerca lentamente hacia mí mientras se me instala una sonrisa en la boca, una sonrisa involuntaria, sonrisa de la que no me doy cuenta hasta que veo dibujarse otra igual que la mía en su rostro.
La verdad es que los únicos que han conseguido que me muestre más agradable han sido Dougie y Danny. La verdad es que las cosas con cada de uno de ellos son diferentes, completamente diferentes.

 -Puede ser, ¿eres seducible?
 -Compruébalo por ti mismo.

Me giro volviendo a mirar al lago. Es extraño, pero no hay ni un alma por aquí, con la de críos que hay por el campamento.
Noto cómo sus manos se posan sobre mi cadera y apoya su cabeza en mi hombro izquierdo.

 -Hoy el sol, reflejado en el lago, tiene un brillo especial.  -Susurra contra mi oído.

Cuanto más susurra, su voz se vuelve cada vez más ronca.
El aire choca contra nuestras caras, provocando así que mi cabello se mueva al compás del viento.

 -Haces que todo esto sea diferente. -Digo sin pensar en mis palabras.
 -Nunca imaginé que eso saldría de tu boca.
 -Yo tampoco, pero ha salido, y si ha salido será por algo.
 -¿Por qué ha salido entonces?
 -No lo sé.
 -Ya...  -Dice suspirando.
 -No jodas las cosas, que eres capaz tanto de hacer que todo sea diferente como de joderlas.
 -¿Gracias?
 -Callado estás más guapo.
 -Tú siempre estás preciosa.
 -¿Sigues intentando seducirme?

Las manos que antes estaban en mi cadera, ahora rodean mi cintura, mientras que su cabeza sigue en la misma posición. A diferencia de nuestra postura de antes, Danny está más pegado a mí, muy pegado.
Deposita un suave beso en mi cuello, provocando que mi vello y mi piel se ericen. Puedo notar como sonríe contra él.

 -¿Contesta eso a tu pregunta?
 -No estoy segura.

Comienza el juego.
Sonrío de medio lado, sabiendo que él quiere jugar al mismo juego que yo. Se relame los labios y vuelve a depositas otro beso más delicado que el anterior, esta vez un beso húmedo. Ese beso hace que el aire provoque en mí un escalofrío. Escalofrío que él malinterpreta y continua con su juego.
Me giro y nos quedamos a pocos centímetros de distancia, él coloca sus manos en mi cadera, de nuevo.

 -Me apetece besarte. -Dice sonriendo cerca de mi boca.
 -Bésame. -Le sonrío divertida.

Acerca lentamente su boca, haciendo así que el juego se complique y eche todo a perder, tenerle tan cerca me impide pensar decentemente y como no haga algo rápido, toda la magia que se ha ido creando se desvanecerá con un simple beso.
Antes de que pueda acercarse más, coloco mi dedo índice sobre sus labios frenándole al mismo tiempo.

 -Pero... -Dice con una cara bastante cómica por el simple hecho de haberle cortado el rollo.

Sonrío y me separo de él. Me siento en el césped dejándole de pie tal y como estaba segundos antes. Finalmente reacciona y se sienta a mi lado mirándome mientras yo continuo mirando al lago.

 -Con dos besos que me des en el cuello, no voy a caer a tus pies, Danny.

miércoles, 18 de abril de 2012

Capítulo 8: "Tu nerviosismo te delata, rubito"

 -Bueno, creo que debería irme ya.

Me levanto y me seco las lágrimas con la manga de mi chaqueta.

 -¿No vienes con nosotros? -Pregunta levantándose.
 -No.
 -¿Por?
 -Tengo que ir a ver a Dougie.
 -Ah... El enano rarito. -Dice en un tono bastante molesto.
 -No hables de él en ese tono...
 -¿En qué tono?
 -No te hagas el loco ahora.
 -Encima... -Suspira cansado.
 -Mira, no hay quien hable contigo.
 -Venga, vete con tu amiguito.
 -Olvídame.

Me voy de allí cabreada. No tenía que haberle contado nada, pero tengo que abrir mi preciosa boca y joderlo todo. Ni siquiera sé si se ha quedado ahí quieto o si ha entrado en el edificio. Me importa poco, la verdad.

 -¡Hayley!

Me empieza a gritar y yo continuo andando. Estoy harta de que siempre esté pensando en él y no le importe que puede hacer daño sin que se dé cuenta.

-¡Hayley, espera!

Corre hacia mí, agarra mi brazo y hace que dé media vuelta. Me aparto bruscamente e intento buscar su mirada. Mira al suelo, arrepentido. 

 -Qué quieres.
 -No seas tan cabezota, por favor. Siento haberme puesto así, es que no entiendo que si estás con nosotros, tengas que ir a verle a él. 
 -Él está solo. Ahora mismo no tiene a nadie, sólo a mí, y creo que debería pasar un rato con él. Tú tienes a tu hermana y a tus amigos, no me necesitas. Él sí.
 -Si cambias de idea o te quieres pasar con él, ya sabes donde estamos.
 -Está bien.

Le sonrío sin ganas y me doy media vuelta para continuar mi camino. 
Camino sin prisa, ni siquiera sé donde puede estar Dougie, el campus es muy grande y yo no conozco esto. Después de varios minutos caminando sin dirección, veo una cabeza rubia y otra morena, están sentados en un banco, son una chica y un chic... ¿Dougie?
Vaya, parece que el enano ha ligado. Dejémoslo, pues.
Me alejo de allí sin ser vista, me alegra que Dougie mantenga una conversación con alguien que no soy yo. Que se abra, que hable con la gente, no muerde. La única que gruñe por todo soy yo, y fue con la primera que habló. Pienso si debería volver a la cafetería, si debería conocer al amigo de Danny, que se llamaba... ¿Jerry? Sí, algo así. No soy muy buena para recordar nombres, sólo he tenido un amigo.
¿Cómo será ese tal Jerry? La verdad es que me pica la curiosidad, tal vez sea un pijo o tal vez no...
Nah, no voy, nunca me ha gustado sociabilizarme.
Continuo caminando hasta dejarme caer en un gran jardín, la verdad es que todo el campus en sí está rodeado de un precioso jardín. Me tumbo apoyando mi cabeza sobre mis manos y esturando las piernas. El aire golpea mi cara, provocando así que cierre los ojos y deje mi mente completamente en blanco.
Duermo.
Es lo único que mantiene mi mente despejada,
Al cabo de no sé cuanto tiempo me despierto por el rugir de mis tripas. ¿Qué hora es? Meto la mano en el bolsillo de mi pantalón, pero no hay nada. 
Mierda... El móvil está en la habitación. 
Oigo unos pasos aproximándose hacia mí, me siento sobre el césped y miro hacia atrás, es Dougie. Viene con un bocadillo en su mano. Cuando llega a mi altura, se acomoda a mi lado.

 -Hola. -Dice sonriente.
 -¿Qué haces aquí?
 -Menos mal que estoy acostumbrado a tus borderías.
 -Lo siento.
 -Nah, no te preocupes. Toma, te he traído un bocadillo.

Me tiende el bocadillo y me decida una tímida sonrisa. Le miro extrañada.

 -¿Y esto? 
 -Para que te lo comas.
 -¡No jodas! 
 -Sí jodo.

Ríe son su risa tan peculiar de crío pequeño y yo me limito a sonreír.

 -No, en serio, toma. Han cerrado el comedor, y como no te he visto por allí,`pensé que no habías ido y que tendrías hambre.
 -Pensabas bien, gracias. -Cojo el bocadillo. 
 -Eso no es nuevo. -Dice con una sonrisa de superioridad.
 -Baja de tu nube.

Se me queda mirando esperando algo. 

 -Ya te he dado las gracias...
 -Oh, no, no era eso.
 -¿Entonces? -Digo mordiendo un cacho de bocadillo.
 -¿Por qué no has venido a comer?
 -Me he quedado dormida.
 -¿En serio? JAJAJA.
 -¿Tan raro es? Por cierto, tú me tienes que contar algunas cosas, ¿no?

Le miro desafiante mientras muerdo otro cacho de bocadillo.

 -¿Yo? Ehm... No... ¿por qué?
 -Tu nerviosismo te delata, rubito.
 -No... No sé de qué hablas...
 -Te he visto antes con una chica.

Su tez toma un color rojizo.

 -Bueno, verás... Es que... -Hace una pausa.

Le miro atentamente esperando una respuesta que no llega.

 -¿Te gusta esa chica? -Pregunto al fin.
 - ... -Baja la cabeza. -Sï...
 -Doug... ¿Estás seguro?
 -No... No lo sé, nunca me había sentido así. 
 -Prométeme que no vas a dejar que te hagan daño.

Me sorprendo de lo que acabo de decir, y Dougie parece ser que también, su expresión es un tanto extraña.
Esta es una de las pocas veces que me muestro así, no es normal que me muestre tan agradable en tan poco tiempo.
Va ser verdad eso de que me están cambiando. No, no quiero. Yo no quiero cambiar.
Aún después de este comportamiento tan extraño por mi parte, consigo que asome una sonrisa sincera en su cara.

 -Lo prometo.

Duda si abrazarme o no. Él es tímido, yo una borde. Esto ya se ha dado antes. Pasamos por muchos momentos de tensión, hay confianza por su parte, pero por la mía no, y quiero contarle todo lo que le conté a Danny, pero no puedo, hay algo que me lo impide.
Con Danny exploté, no es que confíe en él plenamente, pero no pude aguantar más y él estaba ahí en ese momento.
Finalmente, me acerco a él y le abrazo. Le pilla por sorpresa, pero segundos después me rodea con sus brazos.

 -Gracias. -Dice separándose de mí.
 -Gracias, ¿por qué? -Pregunto extrañada.
 -Por todo.
 -No las des, somos amigos, ¿no?

Sonríe con timidez y muerdo el último trozo de mi bocadillo.

 -Y dime, ¿cómo es ella?

Sus mejillas vuelven a tomar un color rojizo y mira hacia el suelo mientras se frota las manos con cierto nerviosismo.

 -Es muy guapa y muy simpática... -Hace una pequeña pausa. -Y bueno, se aloja en la habitación de al lado... ¡También le gusta Blink!

Me mira entusiasmado y con cierto brillo en sus ojos. Me gusta verle así.

 -¿Qué más sabes de ella?
 -No mucho, se llama Christine, y... he quedado con ella ahora. No te importa, ¿no?
 -No, ya me contarás qué tal con ella. 
 -¡Claro!

Me da un beso en la mejilla, sin esperarlo, y sale corriendo. 
Y otra vez me vuelvo a quedar sola.