viernes, 13 de abril de 2012

Capítulo 6: "Y yo me llamo Tiffany y soy rubia de bote"

26. Junio. 2003

La luz del sol se cuela por la ventana haciendo así que me despierte. Me incorporo un poco para alcanzar mi móvil y saber la hora que es. ¿Las 8? Buenas noches.
Vuelvo a tumbarme dando la espalda a los rayos del sol que se han colado por la persiana de mi habitación y vuelvo a cerrar los ojos intentando así volver a dormirme.

Al cabo de varias horas después, llaman a la puerta. Ya están jodiendo, es que no puede una dormir tranquila nunca, ¿o qué?


 -Quien quiera que seas, no estoy. -Digo desde la cama.

No me voy a levantar, ¿para qué? Ni siquiera voy a mirar qué hora es, me importa bien poco, la verdad.

 -¿Estás bien? No te hemos visto en la cafetería. -Dice una voz de una chica al otro lado de la puerta.
 -Sí, estoy bien. Nunca desayuno, sólo es eso.
 -¿Quieres que te traigamos algún bollo o algo? -Esta vez contesta otra chica, pero la voz de ésta me suena bastante.
 -No, da igual, ya me levanto.

Total, ya me han desvelado...
Me levanto sin ganas, arrastrando los pies y me miro en el espejo. ¡Anda! Si ya estoy vestida, ni me acordaba de que ayer me dormí con la ropa puesta... Voy al pequeño baño que está al lado de la puerta de la habitación y me lavo la cara. No, si ya decía yo que esto es de niños ricos.
Cojo la primera camiseta que pillo del armario y me la pongo. Me recojo el pelo en una coleta y abro la puerta.
Antes de salir me aseguro de que la llave sigue en el bolsillo. Sí, sigue ahí. Pues vamos. Cierro la puerta y voy por los pasillos medio adormilada. No sé qué hora es, y se me ha olvidado el móvil dentro. Paso de volver a la habitación. 
Al girar la esquina, me encuentro con la chica morena del despacho y con la del pelo rojo. 

 -Hola. -Digo todavía adormilada.

Lo menos que puedo hacer es saludarlas después de que se hayan ofrecido a traerme algo, la verdad es que es la primera vez que me ofrece algo así alguien sin conocerme. 
Se giran y me miran sonrientes.

 -Hola... Hayley, ¿no?

Vaya, se acuerda de mi nombre. Después de haber sido tan gilipollas con ella, sigue igual de agradable que la primera vez.

 -Sí. ¿Vosotras?
 -Vicky. 
 -Giovanna, pero prefiero Gio.
 -Oye que... Gracias por ofrecerme algo de comer a pesar de haberme comportado como una imbécil contigo.
 -No te preocupes, no pasa nada.

Sonríe. Vicky también lo hace. No parece crías repelentes como muchas de las que he visto por aquí, sólo hay que ver cómo me miran, y tan solo llevo un día metida aquí.

 -¿Bajas a comer algo? -Pregunta Vicky.
 -Ya que estoy aquí, no me queda más remedio.

Ríen. No sé por qué, no he dicho nada que pueda causar gracia. Es una frase totalmente cierta como cualquier otra.
Me gusta mucho el pelo de VIcky, es muy original, sé que ya lo he mencionado una vez, pero es que es increíblemente bonito. Y sus pintas no tienen nada que ver como las de las otras crías. Ella parece tener su propio estilo vistiendo.

 -Supongo que ya conoces a Tom. -Dice Giovanna.

Se le iluminan los ojos y una sonrisa tonta se le instala en su cara cuando pronuncia su nombre.

 -Sí, he hablado con él alguna que otra vez. Poco, pero hemos hablado.
 -Está muy pillada por él.

 -¡Vicky!
 -Lo siento...

 -Y no me gusta...  -Dice Gio sonrojada.
 -Noooo, qué va. Y yo me llamo Tiffany y soy rubia de bote, no te jode.

Río. Ese comentario la verdad es que me ha hecho gracia. Definitivamente, estas chicas son diferentes.
Llegamos a la cafetería y nos sentamos en uno de los sillones. Vicky se ha prestado voluntaria para pedir los bollos o lo que traiga. Nos quedamos Giovanna y yo solas. 

 -Así que te mola Tom, ¿no? Parece muy majo.
 -Lo es. Es muy atento conmigo. -Dice mientras se le escapa una tímida sonrisa.
 -¿Y ahora dónde está?
 -Supongo que con su hermana, hoy venía un amigo suyo.
 -Ah...

Hablando de amigos... ¿Y Dougie?

 -Una cosa, no habrás visto a un chaval rubito con el pelo de punta y con una cara de crío pequeño, ¿no? Siempre está por aquí solo.
 -Ehm... Creo que no. Ahora preguntamos a Vicky,
 -¿Ya me estabais echando de menos?

Y por ahí aparece con una bandeja con galletas, zumo y bollos.

 -Gracias, en serio. -Digo realmente agradecida.
 -No las des. -Dice Vicky sonriendo. -Bueno, Gio, a lo que iba. Tú le molas a Tom. Sólo hay que verle la cara cuando estáis juntos, algún día acabaréis los dos viendo películas de Disney abrazados en un sofá. Sino, pregúntaselo a Carrie. 
 -Ay, no me comas la cabeza. Por cierto, Vicky, ¿has visto a un chaval rubio con el pelo de punta que siempre está solo?
 -¿Cuándo, ahora?
 -Eh, no. -Interrumpo. -Esta mañana. Seguramente estaría desayunando solo.
 -Pues ahora que lo dices... Sí, y no está nada mal el chaval. ¿Por qué? ¿Lo conoces?
 -Sí.
 -Ay, pues preséntanoslo. -Dice Vicky entusiasmada.
 -Es muy tímido, no sé si querrá.
 -Bueno, algún día habrá que conocerle. Por cierto, Vicky, ¿y tu hermano?
 -Pues supongo que con Tom y Carrie esperando a Harry.

¿Qué? No me entero de nada. 

-Esto... ¿Me podéis decir quien es quien? -Digo confusa.
 -¡Claro! A ver, Tom y Carrie, que son hermanos, y Danny, que es el hermano de Vicky, han ido a la entrada del campus a esperar a un amigo, Harry, que viene de visitar a sus primos de España.
 -Ah.

¡Eh! Para el carro. Ha dicho Danny. Danny el amigo de Tom. Danny al que conozco. ¿Ese Danny? ¿Danny es el hermano de Vicky? Vamos, no me jodas. Ya me odia él, no quiero que también me odien ellos, se les ve majos.

 -¡Eh! ¿No son ellos? -Pregunta Gio.

¿Qué?

 -Sí, parece que sí. -Contesta Vicky.

Perfecto.

 -Bueno, que me tengo que ir, gracias por esto. -Digo bastante incómoda.

Me levanto y salgo corriendo de allí.
Me siento en las escaleras, fuera del edificio. ¿Yo? ¿Huyendo de un tío que me ha mandado a la mierda? Soy gilipollas. Tendría que haber vuelto y haberle dejado las cosas claras.
Pero paso, paso de más movidas, eso puede hacer que ni Tom, ni Vicky, ni Giovanna, me dirijan la palabra, y por fin he hablado con un grupo de gente sin discutir. Me han contado cosas como si fuera su amiga. Me he sentido aceptada.
Una pelota pasa a milímetros de mi cara, sacándome de mis pensamientos. ¿Qué cojones?

 -¡EH! ¡TEN MÁS CUIDADO LA PRÓXIMA VEZ, GILIPOLLAS.  -Digo enfurecida. 
 -¿A QUIÉN LLAMAS TÚ GILIPOLLAS?

Me levanto hecha una furia, el tío que me ha tirado el balón, se me acerca, y al parecer no es la primera vez que lo veo.

 -¡Tú! -Dice sorprendido.
 -Yo.
 -Vaya, Así que la mechitas se pone chula.
 -Yo no me estoy poniendo chula, sólo te digo que la próxima vez tengas más cuidado. 
 -¿Y si no quiero?
 -Haré que quieras.
 -¿Tú y cuántas más?

Me pega un empujón y le escupo en la cara.

 -Mira niña, me vuelves a escupir y te parto la cara, ¿estamos?

 -Yo seré una niña, pero prefiero ser eso a ser un niño pijo con un cociente intelectual por debajo de 10. Espera, sabes a lo que me refiero con coeficiente intelectual, ¿no?
 -En el pasillo me tocaste los huevos, y me los estás volviendo a tocar, niñata de los cojones.
 -Sigue insultándome. Ya he oído todos los insultos que se le pueden ocurrir a una persona. -Digo dando media vuelta para irme. Pero su voz me lo impide.
 -¿Sí? ¿También te han dicho que tu madre es puta y que tu padre se tira a todas las de tu barrio?
 -¿PERO DE QUÉ COÑO VAS? ¿TÚ QUÉ COJONES SABES DE MIS PADRES? ¿EH? TÚ NO SABES UNA MIERDA DE NADA. 

Empiezo a darle empujones, y éste me coge de las muñecas intentando retenerme. Pero me sigo revolviendo. Ni Dios se mete con mis padres.

 -¡EH! ¡EH! ¡EH! -Grita alguien a mi espalda. 
 -¡Danny! Échame una mano, tío, que esta niña no sabe lo que es estarse quietecita.
 -¿Hayley? 
 -Déjame.
 -¿La conoces? ¿Otra a la que te has tirado? 
 -¿Qué cojones está pasando aquí? Jeff, suéltala.
 -¿Por qué? 
 -¡Que la sueltes ya, hostias!
 -Vale, vale.

EL imbécil, cuyo nombre parecer ser Jeff, me suelta, no sin antes dedicarme una mirada de odio. Mirada que devuelvo con orgullo. Coge el balón y se va por donde vino la pelota que por poco me da. 
Me siento en los escalones, pasando de Danny. No sé por qué me ha ayudado, no sé por qué está aquí, se supone que tiene que estar con su amigo, no aquí conmigo. Se supone que me odia.

 -¿Se puede saber qué ha pasado aquí? -Dice sentándose a mi lado.
 -¿Se puede saber qué haces aquí que no estás con tu amigo? -Contesto con el mismo tono.
 -Salvarte el culo.
 -No necesitaba ayuda.
 -¡Jeff te iba a partir la cara! 
 -¿¡Y qué!? ¿¡Qué mas da!? En el fondo me lo merezco.

Miro hacia el suelo evitando su mirada.

 -¿Se puede saber qué ha hecho para que te pongas así?
 -Nada, no ha hecho nada.
 -¿Te gusta meterte en peleas? Porque si es así, me lo dices y paso de estar salvándote el culo. 
 -Según tú, soy peor que todas las pijas que hay aquí, y que no tengo a nadie a mi lado. Pues si eso piensas de mí, sigo sin saber qué haces aquí. -Digo volviendo a dirigirle la mirada.
 -No lo pensaba en realidad.
 -Claro...
 -Que no, joder. Siempre hablo sin pensar cuando me enfado.
 -¿Y por qué te enfadaste? ¿Tenías motivos? No te quise contar lo que me pasaba, sólo eso, y que yo sepa, es decisión mía, no tuya, así que no era motivo. Y me dolió que dijeras todas esas palabras.
 -Joder, lo siento. Sé que no era motivo, pero te veía llorar y yo no podía hacer nada para evitarlo. Y me mataba verte así, en serio. ¿Me lo vas a contar ya?
 -No.
 -¿¡Por qué!?
 -¡Porque no puedo! Lo siento, pero es que no puedo. Ahora no.
 -¿Y lo que acaba de pasar ahora? Eso sí, ¿no? 
 -Que tu amiguito Jeff ha dicho que mi madre es puta y mi padre se tira a todas las de mi barrio, ¿te parece motivo suficiente para partirle la cara?

 -¿De verdad te ha dicho eso?
 -Sí.
 -Joder...

Nos quedamos en silencio. Yo, porque no me apetece hablar, y él porque parece ser que no se cree que su amigo haya dicho todas esas palabras tan bellas. 

 -¿Por qué has dicho antes que te merecías que te partiera la cara? -Dice sin esperármelo. 
 -Porque me lo merezco. Ahora mismo debería estar muerta.
 -¡No vuelvas a decir eso en tu vida! -Dice alterado.
 -Yo debería haber muerto, no él.
 -¿No quien?
 -David.

3 comentarios:

  1. Capítulo 6.

    Eh, ¿eso es Hayley conociendo y siendo agradable con gente? NO ME LO CREO. Al fin y al cabo, quién podría resistirse a Vicky y Gio. Me da mi que todos allí están conectados y ella piensa que está fuera de todo. ¡Pues poco le queda para estar dentro!

    Y se veía venir. Tenia que llegar Danny. Y ella tiene que contárselo. No hay más opción posible, y los dos lo saben. Dejemos que hablen tranquilos.

    Es perfecto, incluyendo a Jeff. Descansa, bonita<3

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