Me levanto de la cama y me acerco a Danny con una sonrisa aclarándole que no pasa nada. Volvemos al aseo y le ordeno que se siente sobre el retrete. Saco el bote agua oxigenada y un poco de algodón del botiquín que hay en la pared. Echo un poco sobre el algodón, cojo su mano y lo aplico sobre sus nudillos. Sus muecas de dolor lo dicen todo aunque intente disimularlo, y no puedo evitar esconder una sonrisa.
-Eh... Hayley... Hay cosas de ti que no sé, ¿verdad?
¿A qué viene esto? Seguramente me haya visto. No voy a negarle la verdad, hay muchas cosas de mí que no sabe, y que por ahora no va a saber.
-Sí.
-¿Me las contarás algún día?
-Depende de a qué cosas te refieras.
-Es que... Phil me ha habló de algo.
-¿Qué te ha dicho ese capullo de mí?
Paro de curarle la herida y levanto la mirada hasta llegar a sus ojos.
-Pues... -Desvía la mirada y se pasa la otra mano por la nuca intentando así salir de la situación en la que se ha metido él solo.
-Dímelo.
-Que estás enferma. -Suelta rápidamente- ¿Es cierto?
Me mira clavando sus ojos en los míos queriendo saber la verdad a través de la mirada. Me quedo bloqueada sin saber qué contestar. ¿Qué derecho tiene Phil para hablar sobre mí? Y más sobre eso.
-Hayley, ¿es cierto?
Su voz me saca de mis pensamientos y saco la cabeza volviendo a la realidad.
-¿C-cómo? ¿Le has creído?
-No. Por eso te lo estoy preguntando ahora. -Dice serio.
-Bien... Y... ¿Qué ha pasado? ¿Por qué tienes los nudillos así? -Continúo curándole.
-No me vas a contestar, ¿no?
-No.
-¿Por qué?
-Porque no. Eso pertenece al pasado.
-Vamos, que sí.
-... Es el pasado, así que ya no. Olvida este tema, ¿vale?
-Sí... -Contesta no muy convencido.
Algo me dice que no va a dejar de insistir, es un tema muy complicado. Y si, según él le importo tanto, va a hacer lo posible para llegar al fondo de este asunto.
-Cuéntame qué ha pasado. -Cambio de tema.
-Phil no me ha tocado, sé que no es capaz de hacerme nada, pero yo no he podido evitarlo.
-¿Por qué?
-Es un tema que pertenece al pasado.
Vuelvo a levantar la mirada hasta cruzarme con esos ojos claros que esconde bajo el flequillo. Disimula una falsa sonrisa de medio lado.
-¿A qué juegas, Danny? -Pregunto con el ceño fruncido.
-¿A qué quieres que juegue, Hayley? -Pregunta con una sonrisa juguetona.
Me aparta su mano y se levanta. Coloca ambas manos en mi cadera y me acerca a él con una sonrisa maliciosa sin apartar su mirada de la mía. Baja la cabeza dirigiéndose a mi cuello y yo echo la cabeza hacia atrás inconscientemente para facilitarle el acceso. Deposita suaves besos y cierro los ojos evadiéndome del mundo.
Pero no puedo seguir con esto.
-Para, para, para.
-No. -Gruñe sin apartarse de mi cuello.
-Por favor... Para...
-Si lo estás deseando.
Me da un pequeño mordisco y se me escapa un leve suspiro que provoca que Danny sonría contra mi cuello.
-Danny...
No quiero pararlo, pero tampoco puedo dejar que siga o acabaremos en la cama de nuevo. Este hombre es mi debilidad. Pero sé que va a volver a acabar mal la cosa.
Me echo hacia atrás separándolo de mí y sujeto su cara entre mis manos.
-No. -Digo entre jadeos.
Aparta sus manos de mi cadera y se deja caer de nuevo en el retrete.
-Joder, Hayley, no me dejes con el calentón. -Dice con un tono de frustración.
-No eres el único.
-Pero a ti no se te nota.
Dirige su mirada hacia su miembro y yo no puedo evitar hacer lo mismo. Abro mucho los ojos y se me escapa una risa.
-Joder, Danny...
-¿Qué culpa tengo yo de que estés tan buena?
Las formas que tiene este chico de hacer cumplidos son únicas.
-Gracias, supongo. Pero se me ocurre alguna que otra forma para bajarte esa erección.
-Y a mí. -Levanta las cejas repetidas veces y sonríe insinuante.
-Bueno, siempre puedes ir detrás de las tías con la minga tiesa, lo mismo alguna no se sale corriendo. -Digo entre risas imaginándome la situación.
-Me refería a ti. -Replica serio.
-Acaba el trabajo tú solo, te espero fuera.
***
-¿Por qué me has pedido que pare?
Me saca de mis pensamientos y se sienta a mi lado. Le miro y caigo en la cuenta de que tan solo lleva una toalla enroscada a su cintura. Varias gotas procedentes de su pelo mojado caen sobre sus hombros, espalda y pecho, me muerdo el labio inferior inconscientemente y continúo recorriendo su cuerpo con mi mirada hasta llegar a sus labios, en los cuales se puede apreciar una sonrisa bastante pronunciada que deja ver sus dientes. La dirijo rápidamente a sus ojos y noto cómo el calor cubre mis mejillas, ruborizada.
Me dejo del morder el labio al instante y miro en todas direcciones.
Hayley, por favor... Di algo. ¿He dicho ya que este hombre es mi debilidad?
-Puedes mirarme.
Sé que está sonriendo.
Vuelvo a dirigir la mirada hacia él. Y sí, está sonriendo.
-Es obvio que no querías que parase. -Espeta.
Menudas situaciones en las que te metes, hija. Mi subconsciente sigue quejándose mientras yo intento no ruborizarme más y volver a la situación en la que debería estar.
-No, no quería. -Digo intentando esconder una tímida sonrisa. Sin éxito.
-¿Entonces? -Levanta una ceja y pregunta confundido.
-¿Querías que volviera a ocurrir lo de la última vez?
Esa sonrisa de hace unos segundos desaparece y su mirada se vuelve fría. Sabe perfectamente a lo que me refiero. A su arrepentimiento después de haberlo hecho.
-No va a volver a ocurrir.
-¿Cómo es que estás tan seguro de eso?
-Porque lo estoy.
No pensé que esta conversación fuera a tomar este camino. El ambiente está cargado de tensión y yo empiezo a encontrarme bastante mal. Demasiadas sensaciones totalmente opuestas en tan poco tiempo.
Cierro los ojos, coloco mi mano y mi frente y la deslizo por mi cara. Estoy ardiendo. Y no sé en qué sentido, aunque diría que en todos.
Sacudo la cabeza y dejo atrás esa conversación, no llega a ninguna parte.
-¿De dónde has sacado la toalla?
Caigo en la cuenta de que su mirada mostraba preocupación, pero ahora, su ceja levantada y su sonrisa me demuestran que se está riendo de mí. ¿Qué clase de pregunta es esa para cambiar de tema?
-Eh... Estaba en el baño. No te importa, ¿no?
-No, no.
-Aunque si quieres me la puedo quitar.
-No.
Le miro seria mientras él hace todo lo contrario. Su sonrisa me desconcierta y me hace sentir incómoda en este momento.
Se levanta y le sigo con la mirada. Al llegar a la puerta se gira y me mira aun sonriente.
-Voy a mi habitación a vestirme, y de paso me plancho el pelo, ¿vienes?
-Sí. Pero no te hagas ilusiones, tenemos que hablar.
-Contigo es imposible hacerse ilusiones. Y esa frase me da escalofríos.
-¿Ah, sí? -Digo levantándome- Lo tendré en cuenta.
Suelta una carcajada y niega con la cabeza sonriente.
-Venga, vamos.
Me aseguro de que la llave sigue en mi bolsillo y salgo de la habitación antes que Danny.
-Hostia, que me dejo la ropa. Ve tú que creo que está Tom en la habitación.
Sale corriendo hacia el baño y cruzo el pasillo hasta llegar a su habitación. Llamo a la puerta suavemente con los nudillos y una voz conocida suena al otro lado.
Tom abre la puerta sonriente y yo miro al suelo avergonzada, llevo sin verle demasiado tiempo, y la última vez que lo vi estaba bastante enfadado con Danny.
-¡Hayley!
Su sonrisa se profundiza a la vez que su hoyuelo.
-Hola, Tom. -Levanto la mirada y clava esos ojos color miel en los míos.
Abre la boca supongo que para decirme algo, pero calla al instante al desviar la mirada a un lado, donde aparece Danny a mi lado con la ropa en sus manos y la toalla todavía enroscada a su cintura.
-Buenas. -Dice levantando la mano a modo de saludo.
Tom me mira y vuelve a posar su mirada en Danny. Y así repetidas veces. Hasta que Danny parece captar el pensamiento de Tom y frunce el ceño.
-Eh, eh, Tom, no es lo que piensas.
-Ya ni sé qué pensar de ti, Danny.
-Sólo se ha duchado en mi habitación. -Contesto rápidamente para evitar que Tom siga fulminando de esa manera al moreno con la mirada.
-No quiero saber por qué.
-No quieras...
-¡Danny! -Me escandalizo.
Suelta una pequeña risa y yo frunzo el ceño más aun, si eso es posible.
Tom acaba dándose por vencido y deja ver otra pequeña sonrisa antes de volver a lo que estaba haciendo.
-Pasad, anda.
Se sienta en la cama donde hay un cuaderno, un bolígrado y una guitarra acústica. Y coloca este último objeto sobre su regazo.
-Podrías haberte cambiado en mi habitación, nos hubiéramos ahorrado esto. -Susurro.
-Lo siento, lo mío no es pensar.
-Ya veo...
-Además, Tom ya sabe lo que pasó entre nosotros.
-¿¡Qué!?
-¿Qué cuchicheáis por ahí? -Pregunta Tom mientras anota algo en su cuaderno.
-Nada, nada. Voy a vestirme. -Contesta Danny metiéndose en el baño.
Me acerco a Tom despacio y me siento en la cama de al lado. Comienza a tocar acordes en su guitarra y a apuntarlos en su cuaderno. Vaya... así que compone canciones, creo que tengo una excusa para empezar un buen tema de conversación. Y no precisamente de composición, me llama más la atención el pasado de Danny.
PERFECTO!!! Me encanta las escenas Danny - Hayley curandole :D
ResponderEliminarhahahahaha y respecto a lo de si Danny piensa xD no, queda demostrado que no xD
Tronca tronca tronca, tienes que subir el próximo ya!! Si, se que pido mucho, pero es lo que tiene cuando una persona escribe bien! que sus lectores quieren MÁS!!! :)