viernes, 2 de agosto de 2013

Capítulo 21: Confesiones II


 -¿Te gusto? -Pregunto sin rodeos.
 -Mucho.

Una sonrisa pícara se adueña de mi cara ante la afirmación del moreno, que bebe su chupito de una trago.
Este vuelve a intentar acortar la distancia que nos separa, pero me echo hacia atrás apoyando mi espalda en los pies de la cama.

 -¿No has dicho que querías besarme?
 -Sh. -Estiro el brazo y pongo mi dedo índice sobre sus labios, presionándolos para que no haga más preguntas- Aquí las preguntas las hago yo.

Sonríe y me muerde el dedo sin hacerme daño.

 -Pórtate bien. -Susurro.
 -¿O sino, qué? 
 -Pórtate bien.

Esa sonrisa que provoca una descarga donde se unen mis muslos aparece en su cara obligándome a sonreír. Esa sonrisa capaz de controlarme completamente.

 -¿Me castigarás? -Pregunta aun sonriendo.

Entorno los ojos y le dedico una mueca ante semejante pregunta.

 -No me va el sado, lo siento.
 -Eso es porque nunca lo has probado.
 -¡Danny!
 -JAJAJA. Es broma, tranquila.
 -¿Cómo sé que ahora no bromeas? -Sonrío de medio lado.
 -Tendrás que creerme.
 -¿Por qué no me querías decir que componías? -Cambio de tema aprovechando la situación.
 -No empieces, Hayley...
 -¿Pero por qué? ¿Qué ocurrió para que no quieras contarlo? 
 -¿De verdad quieres continuar esta conversación? Porque yo tenía pensado acabar esto de otra manera...

A medida que habla se acerca a mí colocándose a mi lado, también apoyado en la cama. Me mira esperando una respuesta, respuesta que ninguno de los dos se espera. 
Me acerco a él y deposito un corto beso en sus labios. Sonríe tiernamente e intenta devolverme el beso, pero le freno colocando de nuevo mi dedo índice en ellos.

 -Todo a su tiempo.
 -Nunca conseguiré entenderte. -Sonríe desafiante.
 -No lo intentes, no te servirá de nada. -Le advierto- Ahora, dime por qué no me contaste que componías.
 -¿De verdad lo quieres saber?
 -Sí.

Se incorpora y me mira volviendo a clavar su mirada en mí, pero esta vez no es una mirada fría, sus ojos desprenden un brillo que no había visto antes.

 -Tampoco hay mucha historia detrás de todo esto, es solo que... -Comienza diciendo- Se reían de mí porque componía y tocaba la guitarra. Era el bicho raro de Bolton. Por eso no me gusta que la gente sepa que compongo, o que simplemente sé tocar la guitarra, no quiero volver a ser el de antes, por fin he conseguido cambiar, por fin los demás me respetan. 
 -¿Te respetan o te tienen miedo?
 -Me gusta creer que me respetan, no he hecho nada para que me tengan miedo. 
 -¿Y cuando te juntabas con Phil?
 -¿Otra vez Phil? Pensé que se había acabado todo. Hayley, es el pasado, ya está todo hecho. Ya no soy así. Me crees, ¿verdad?
 -Sí. -Contesto seria.

Noto cómo su mandíbula, antes tensa, se relaja y deja caer su cuerpo sobre el suelo.

 -Danny, ¿qué hora es?
 -No sé, tarde.
 -Bien, gracias por tu información. ¿No te echan de menos en tu habitación?
 -¿A mí? Que va, estarán tranquilos por una vez en su vida. ¿No iba a dormir contigo?
 -¿Perdona? -Pregunto sin creérmelo- ¿En qué momento de la noche he decidido eso? Que no estoy tan borracha como para no acordarme de lo que digo.
 -Vale, vale, pues... ¿Puedo? -Se incorpora mirándome. 
 -Vas a hacer lo que te dé la gana.
 -¿Dónde está la Hayley de antes? Ha vuelto la de siempre.
 -¿Y la de siempre no es la que te gusta? -Me muerdo el labio inferior provocándolo. 
 -Ya no sé ni cual es la Hayley que más me gusta.

Se acerca lo suficiente a mí como para que nuestras narices se rocen y me roba un beso mordiéndome el labio inferior antes de separarse. Sonrío, pero un bostezo sonoro corta mi sonrisa.

 -Me voy a la cama.
 -¿Ya? ¿Sin preliminares?

Me pongo de pie y me percato de que el alcohol todavía no me ha bajado, sigo mareada. Intento ayudar a Danny a levantarse, pero lo único que consigo es acabar encima de él. 

 -Oh, así que los preliminares vienen ahora. 

Rodea mi cintura mientras intento zafarme de él. Después de varios intentos nulos, me propone un trato.

 -Si me das un beso, te dejo ir.

Después de varios segundos meditándolo, acepto. Acorto la poca distancia que nos separa. Gran error. Empieza a profundizar el beso y el efecto del alcohol no ayuda a enfriar el ambiente. 
Mantengo una discusión conmigo misma evitando caer en la tentación del deseo, pero una vez más, el alcohol me lo impide. Finalmente acabo entregándome a él y puedo notar cómo sonríe contra mi boca, contagiándome su sonrisa.
Y una vez más, Danny gana.

 -¿No me ibas a dejar ir? -Pregunto, apoyando mi frente contra la suya.
 -Yo te dejo, eres tú la que no quiere irse. 

Y dicho eso, vuelve a besarme. Si seguimos así, los dos sabemos cómo va a acabar esto. Los dos estamos seguros ahora de que queremos hacerlo, pero cuando acabemos, ¿lo seguiremos estando? Necesito esa seguridad que no tengo y que él no me puede dar.
Pero de un momento a otro empiezo a oír voces al otro lado de la puerta.

 -Llama.
 -Pero, ¿y si está dormida?
 -Da igual, llama.
 -Como la despiertes te enfrentas tú a ella. 

Uno de ellos puedo asegurar que es Tom, al menos la última voz que he oído.

 -Danny, Danny, ¿oyes eso?
 -¿Eh? -Me mira confuso.

Me lenvato de encima de Danny despacio, evitando marearme, y me acerco a la puerta, la abro y los dos personajes que están al otro lado se sobresaltan. Sí, es Tom, y el otro es Harry. ¿Qué hacen aquí a estas horas?

 -¿Te hemos despertado? -Pregunta el rubio rápidamente.
 -No. ¿Qué hacéis aquí?
 -Danny no ha llegado todavía a la habitación, ¿está contigo?
 -Hola, qué pasa. -Se asoma el moreno detrás de mí.
 -¿Se puede saber por qué no nos has dicho que no ibas a dormir en la habitación?
 -Perdona, mami, no sabía que tenía horario para volver a casa.
 -Déjate de tonterías, Danny, no sabíamos si te habías metido en alguna movida de las tuyas. -Habla Harry por primera vez. 
 -Tranquilos, a mí tampoco me ha avisado y resulta que es mi habitación. -Digo recalcando esas dos últimas palabras mientras le dedico a Danny una bonita y sarcástica mirada. 
 -Vale, que sí, que la próxima vez os aviso a todos. -Le miro aun sosteniendo la misma mirada de antes- A todos. 
 -Bueno, pues nos vamos ya. -Dice Tom más relajado.
 -Buenas noches. -Contesto con una sonrisa.

Cierro la puerta y al darme la vuelta veo a Danny sentado en una de las camas. Me acerco a él colocándome un mechón de pelo detrás de la oreja y me siento a su lado.

 -Se preocupan mucho por ti.
 -Tanto que llegan a cansar.
 -Les importas. No sabes lo que daría yo por que alguien se preocupara de esa manera por mí.
 -Yo me... -Calla en seco.
 -¿Tú, qué? -Pregunto intrigada.
 -Yo me... voy a la cama.
 -No ibas a decir eso.
 -Yo me preocupo por ti. -Completa la frase al fin, dejándome con el estómago encogido.
 -Yo también me preocupo por ti. -Termino sin saber muy bien qué decir.

Nos miramos durante no sé cuántos segundos, hasta que finalmente desvío la mirada, esos ojos azules penetrantes no son una batalla fácil de ganar. Noto su mirada aun clavada en mí acompañada de una sonrisa victoriosa.

 -Venga, a dormir. -Digo acercándome a la cama de al lado.
 -¿Ya? Habíamos dejado un tema pendiente antes.
 -No recuerdo nada, será efecto del alcohol. 
 -Ya... Efecto del alcohol. -Dice en susurros. Susurros que no llego a oír. 
 -¿Decías?
 -Nada, nada. Oye, al menos dormirás conmigo, ¿no?
 -Eh... ¿Qué? -Pregunto evitando contestarle.
 -Me has oído perfectamente.
 -Creí que ibas a pillar la indirecta.
 -¿Qué indirecta? -A veces me pregunto si este chico alguna vez ha tenido dos dedos de frente.
 -Que no voy a dormir contigo, Danny.
 -Eso está por ver. -Me desafía.

Me meto en una de las camas y veo como Danny se mete en la otra, una parte de mí quiere tenerlo cerca, pero no. No debo. No es bueno ni para él ni para mí. 

 -Buenas noches, orgullosa. 
 -Que te jodan.

Doy la espalda a su cama, mirando hacia la ventana. No sé qué hora será, pero poco a poco voy notando el cansancio en mis párpados, hasta que finalmente caigo rendida. 
Pero por poco tiempo. Noto cómo la sábana abandona mi cuerpo y parte del colchón se hunde. 

 -Adiós, Danny. -Digo sobresaltándolo. Haciendo así que por poco se caiga de la cama.
 -Hija puta, me has asustado. ¿No estabas dormida?
 -Estaba. Me acabas de despertar.
 -Pues si que tienes tú el sueño ligero.
 -No es que tenga el sueño ligero, es que eres muy escandaloso, o torpe, según se mire. Ahora, entra o sal de la cama, pero déjame dormir.
 -¿Me dejas meterme? -Noto ilusión en su tono de voz.
 -¿Me dejas dormir?
 -Sí, sí.

Al fin termina metiéndose en la cama, con suerte es lo suficientemente grande para los dos, sino ya estaría en el suelo o en la otra cama de nuevo.
Sigo con la misma postura de antes, ahora dándole la espalda a Danny.

 -¿No te vas a dar la vuelta?
 -No quiero tener pesadillas.
 -Mejor me lo pones.

Iba a preguntar qué significa esa última frase, pero cuando noto su brazo rodear mi cintura acercándome a él, doy por contestada mi pregunta. Mi yo interior sonríe por tenerlo tan cerca, por sentir que le importo de verdad. Ahora solo quiero creer que está siendo como es él.

 -Duerme bien, nena.

Susurra en mi oído provocándome un gran escalofrío, y una sonrisa se instala en mi cara por arte de magia.

 -Lo haré. -Digo casi sin pensar antes de caer en un profundo sueño.






jueves, 9 de mayo de 2013

Capítulo 20: Confesiones


 -¿Hayley? -Pregunta una voz a mi espalda.

Me giro para ver de quién se trata. Es Dougie. Tengo la sensación de no haber hablado con él en días.
Me acerco a él y le dedico una sonrisa tierna. Ni yo misma sabía de la existencia de esta sonrisa.

 -¿Qué haces aquí? -Pregunto.
 -Dar una vuelta... Hoy no ha sido uno de mis mejores días.
 -¿Y eso?
 -Primero ha entrado un chico con la nariz rota, creo, al baño y me he acercado a él para preguntarle si estaba bien. Él solo me ha contestado con un bufido y se ha ido. Y ahora me acaban de dar con un balón en la cara. Si lo sé no hubiera salido de la cama hoy. -Río ante ese último comentario.
 -Tú tranquilo, además, pasa del chaval con la nariz rota, no lo vas a volver a ver si es quien creo que es.
 -¿Cómo estás tan segura de eso?
 -Era Phil.

Dougie abre mucho los ojos y alza las cejas a modo de sorpresa.

 -¿El mismo Phil que...?
 -El mismo. Y aunque parezca mentira ya está todo arreglado. Ni yo misma me lo creo.
 -¿Crees que lo volverás a ver alguna vez?
 -Lo dudo mucho... -Me quedo pensativa mirando al suelo.
 -Bueno, ¿y qué haces aquí sola? -Cambia de tema. Cosa que agradezco.
 -Esperando a Danny, que no hemos ido a comer y él tenía hambre.
 -Cierto, que no os he visto en la cafetería. Danny es un buen chico, ¿no?
 -Quiero creer que sí. De momento no me ha hecho creer lo contrario.
 -La verdad es que él es uno de los pocos que nunca se ha metido conmigo. 
 -¡Ya estoy aquí! -Grita una voz a mi espalda- Hombre, enano, ¿qué haces por aquí? Lo siento, pero Hayley no está disponible.

Le dedico una falsa sonrisa ante la genuina broma e invito a Dougie a pasar la tarde con nosotros. Danny no pone ninguna pega y eso me agrada.
Danny ha traído más bollería que comida sana y me ha obligado a comer, dice que no puedo estar sin comer nada todo el día. Aunque para las horas que son... Que más da esperar a la cena.

 -Así que ya no va a volver Phil. -Comenta Dougie.
 -Parece ser que no. -Contesta Danny mirándome con una sonrisa en la cara. 

Esa sonrisa me deja sin palabras, en esa sonrisa sí que veo claro el mensaje que quiere transmitirme. En esa sonrisa hay un claro "ya no hay nada ni nadie que se interponga entre nosotros".
Pasamos la tarde entre risas y anécdotas de Danny, veo a Doug cada vez más a gusto con él, y me encanta verlos así.
Cenamos en cuestión de minutos y nos despedimos del rubio con una amplia sonrisa. Hora de subir a la habitación, necesito descansar. Abro la puerta y al girarme para cerrarla y despedirme de Danny, este no está donde lo dejé.

 -¿Qué lado de la cama prefieres?
 -¿Cómo coño has entrado? -Pregunto sobresaltada.
 -Por la puerta. ¿Qué lado de la cama prefieres?
 -¿Cómo? -Pregunto cruzándome de brazos. 
 -¿No me invitas a dormir contigo?
 -No.
 -Pero ya no hay Phil. -Contesta nervioso. 
 -¿Eso qué tiene que ver? Antes tampoco había Phil y no te invitaba a mi...
 -Una vez. -Me interrumpe- Y quieres que vuelva a pasar.
 -¿Y tú? ¿Tú quieres que vuelva a pasar? Pregunto. Porque eso no fue lo que dijiste al acabar de hacerme el apaño.
 -Ya, pero... -Se calla.
 -¿Por qué, Danny? ¿Por qué te fuiste así?
 -Es difícil de explicar.
 -¿No te querías quedar aquí esta noche? Tenemos tiempo.
 -¿No puede ser mañana? -Pregunta con una sonrisa forzada.
 -Ahora o nunca. Tú eliges.

Este es el momento, no puede esperar más. Si de verdad confía en mí, como me ha hecho ver, no sé por qué le cuesta tanto contármelo.
Se sienta en la cama y apoya sus antebrazos en sus piernas dirigiendo su mirada hacia el suelo. Me quedo de pie con los brazos cruzados esperando a que hable. A que me cuente de una vez qué es lo que se le pasó por la cabeza para que me dejase tirada de esa manera.

 -¿Puedes sentarte? -Pregunta dirigiendo su mirada hacia mí- Tu actitud me incomoda bastante.

La verdad es que esta situación me ha puesto en tensión, y así no va a confiar en mí.
Relajo los músculos, dejo de fruncir el ceño y me siento a su lado de manera que mi cuerpo queda mirándolo. Él, en cambio, no cambia de posición, simplemente vuelve a dirigir su mirada al suelo.

 -Mira, Hayley. -Clava su mirada en la mía- Tal vez después de esto me consideres como un gilipollas y no quieras saber nada más de mí. 
 -Ya te considero un gilipollas, puedes estar tranquilo. -Bromeo intentando suavizar este ambiente tan tenso.

Sonríe levemente. Parece que ha funcionado.

 -Sé que no te dejé explicarte en su momento, pero entiéndeme, estaba cabreada.
 -Lo entendí perfectamente, además, yo tampoco sabía exactamente por qué dije eso.
 -¿Y ahora? -Pregunto realmente interesada.
 -Ahora... Me arrepiento de haberlo visto.
 -Pero dijiste que no querías joder las cosas conmigo.
 -No quería. Pero me llamaste la atención desde el primer día, y cuando creí que habíamos hecho algo aquella noche en la que nos emborrachamos, me sentí una mierda, quería empezar las cosas bien por una vez. Pero cuando dijo Tom que no pasó nada, me quedé con las ganas de pensar que sí había pasado algo. Y por eso lo hice.
 -Espera, espera, espera. Despacio. No querías joder las cosas, pero al final lo acabaste haciendo.
 -Es un buen resumen, sí.
 -¿Y por qué pensaste que acostarte conmigo iba a joder las cosas?
 -Porque sí, no sé, quería que esa vez fuera diferente, tú... tú eres diferente.

Nos quedamos mirando durante un largo rato, pero decido romper el contacto visual. No tengo claro ningún sentimiento más allá de la amistad.Y esta conversación no me lo está poniendo fácil. Yo soy diferente a las demás, vale, ¿en qué sentido? ¿En el sentido de no volver a acostarse conmigo porque solo me ve como una amiga? ¿O en el sentido de que quiere que sea algo más que una simple amiga? La primera opción me decepciona, y la segunda me da miedo. Por favor, que alguien me haga un croquis de mis sentimientos.

 -Pero por lo menos habrás recapacitado y te habrás dado cuenta que después de hacerlo con una tía, la mejor frase no es: "No debería haber pasado", ¿no? 
 -Sí, eso creo que ya me ha quedado claro. -Sonríe avergonzado.
 -Solo quiero que sepas que no hubiera cambiado nada, siempre que lo hubiéramos hablado, como ahora. No estoy preparada para ninguna relación, y menos ahora cuando acaba de reaparecer Phil en mi vida. Aunque se haya vuelto a ir.

Miro al suelo con nostalgia y Danny se acerca más a mí y levanta mi cara apoyando sus dedos en mi barbilla. Acaricia mi cara y cierro los ojos evitando que una lágrima traicionera se me escape.

 -Bueno, será mejor que me vaya ya. -Dice levantándose de la cama.
 -No. Quédate. -Le pido seria.

Danny me mira perplejo, y una sonrisa aparece en su rostro. Intenta disimularla, pero es tan pura y sincera que el brillo que desprenden sus ojos, lo delatan.

 -Deja de babear por mí. -Digo riendo.
 -¿Cómo puedes ser tan bipolar? Es imposible seguirte.
 -Me gusta ver la cara que se te queda cuando no sabes qué contestar.
 -Oh, qué maja. -Sonríe falsamente- ¿Entonces me quedo o no? 
 -Tú verás. -Digo indiferente, aguantándome la risa. 
 -DIOOOS. Por favor, ponme un cartelito cuando bromeas o no.
 -JAJAJA. Quédate, es divertido cabrearte.
 -Ahora debería irme. Pero no lo voy a hacer porque es lo que quieres. -Dice frunciendo el ceño.
 -A no seeer...
 -¿A no ser, qué? Hayley, ¿qué coño has cenado? -Dice con una mueca divertida.
 -Puede que me haya fumado algún que otro porro. -Me quedo pensativa.

Estallo a carcajadas cuando veo la cara de Danny. Este, cuando reacciona al fin, se una a mis risas.

 -Te propongo una cosa. -Dice mientras se acerca a mí.
 -Dime. -Hablo cuando por fin consigo parar de reírme.
 -Vamos a jugar a un juego.

Y sonríe diabólicamente, dejando un destello depravado en su mirada.

 -Espérame aquí. -Asiento con una sonrisa en la cara.

Sale rápidamente de la habitación a buscar yo que sé qué. Hacía mucho tiempo que no me reía así, le agradezco muchísimo a Danny por darme este verano, nunca imaginé que fuera a ser así. Tengo que empezar a comportarme mejor con Karen, si no fuera por ella, nunca habría conocido a Danny.
Justo en ese momento, Danny llama a la puerta, me acerco a abrirle y aparece con dos botellas de vodka negro en la mano y me dedica una sonrisa pícara.

 -¿De dónde has sacado eso? -Pregunto señalando las botellas.
 -Nunca preguntes a Danny Jones de donde saca el alcohol, muñeca.
 -Em... Vale. Pero, ¿dos? ¿No crees que con una es suficiente?
 -Nunca es suficiente.
 -No vas a aguantar ni media botella. -Le desafío con la mirada.
 -Con que esas tenemos, ¿eh? Está bien, hasta que no terminemos con las dos botellas, no paramos.
 -¿Qué? -Pregunto incrédula- No. Si con media botella ya te puedes aprovechar de mí que yo voy a disfrutar cual niña pequeña en un tiovivo.
 -Gracias por la aclaración. -Clava sus ojos en los míos con un claro pensamiento. 
 -Danny, deja una botella.
 -Vale.

Deja la botella encima de la cómoda y se sienta en el suelo con la otra. ¿Y los vasos? ¿Es que no ha traído vasos? Aunque no sé de qué me sorprendo, si este piensa más con el pene que con la cabeza.


 -No has traído vasos, ¿no?
 -Eh... No.

 -Espera, que creo que aquí hay.

Me acerco a la cómoda y abro el último cajón, saco dos vasos de chupitos.

 -¿Y esos vasos? -Pregunta sorprendido.
 -Nunca preguntes a Hayley Bourne de donde saca los vasos, muñeco. -Le guiño un ojo.

Este sonríe y me hace un gesto para que me siente enfrente de él.

 -Juguemos al "Yo nunca". -Dice animado.
 -¿Tú y yo solos? ¿Sin nadie más?
 -Sí, ¿por qué no?
 -Vale, vale. Pues... Empiezo.
 -¿Y por qué empiezas tú?
 -Porque quiero, porque esta es mi habitación y porque he traído los vasos. ¿Te sirve?
 -Borde.
 -Guapo.

Le lanzo una sonrisa cargada de falsedad y él corresponde con un guiño y una sonrisa de superioridad. Odio cuando se pone en ese plan.

 -Va, venga. Yo nunca... Me he liado con una tía.

Y como es de suponer, Danny echa el alcohol en su vaso y bebe de un trago.

 -Yo nunca he me pajeado en público.

Abro mucho los ojos y acto seguido le dedico una mueca divertida.
Ninguno de los dos bebemos.
Después de unas cuantas preguntas en la que cada uno hemos bebido lo correspondiente, ambos tenemos el punto cogido y las confesiones van teniendo menos sentido.

 -Yo nunca me he tirado por un tobogán gritando: JUMANJIIIIII.

Para mi sorpresa, Danny bebe. Le miro y me empiezo a reír a carcajadas.

 -¿Qué? Es divertido, deberías probarlo.
 -Algún día me llevas a algún parque y lo hacemos.

Callo ante la frase que acabo de soltar y me tapo la boca rápidamente.

 -Lo de gritar jumanji, y eso... -Rectifico avergonzada.
 -Ya... JAJAJA.

Nos quedamos en silencio mirándonos a los ojos sonriendo embobados. Al romper el contacto visual, miro la botella y me doy cuenta de que queda bastante poco de vodka.

 -Ya no queda casi nada. -Dice leyéndome la mente- La terminamos, ¿no?
 -Pf... Yo no sé si debería seguir bebiendo, me estoy empezando a marear.
 -Venga, si queda poco, vamos a terminarla conociéndonos un poco mejor.
 -¿Cómo? -Pregunto queriendo saber qué es lo que se le ocurre esta vez.
 -Yo te hago preguntas y tú contestas. Y luego al revés.
 -Vale. Empieza. 
 -¿No quieres empezar tú? -Pregunta. Niego con la cabeza sonriendo y él se encoge de hombros- Tendrás que responder a todo lo que te pregunte, ¿de acuerdo? -Asiento- Vale, pues... ¿Qué es lo que más te gusta de mí?

Se nota que el efecto del alcohol ya ha hecho efecto en nosotros, por lo menos en mí, porque no me siento incómoda con la pregunta que me ha hecho. 

 -Cuando te cabreas.

Sonríe divertido y se queda pensativo. Supongo que está buscando una pregunta más atrevida por la sonrisa pícara que se le escapa.

 -¿Quieres que pase la noche contigo?
 -Sí.
 -¿En tu cama?
 -Sí.
 -¿Pegados?
 -Sí.

Ambos nos vamos acercando cada vez más a medida que contesto a una de sus preguntas hasta quedar a pocos centímetros de distancia.

 -¿Quieres besarme?
 -Sí.-Contesto con una sonrisa juguetona.

En ese momento, Danny intenta acortar la distancia que nos separa pero yo me incorporo y bebo mi chupito.

 -Me toca. -Digo con una sonrisa amplia.

Danny me mira sin entender nada, pero finalmente acaba sonriendo e incorporándose también.






jueves, 2 de mayo de 2013

Capítulo 19: ¿Un adiós definitivo?


Veo como se aleja Phil lentamente pero con paso decidido. Pero se detiene un instante y se gira para decirme algo.

 -Creo que debo hablar con Danny. 
 -En el lago.

Asiente con una sonrisa y se encamina hacia el lago. Y yo, sin pensármelo dos veces, camino detrás de él.
Todavía no soy consciente de todo lo que ha pasado hoy. Está atardeciendo y ni siquiera hemos comido, ha ocurrido todo demasiado rápido.
Phil llega al lago y veo a Danny sentado en el césped con un brazo apoyado en su rodilla.

 -¡Danny! -Grita Phil para llamar su atención.

Danny mira hacia él y se levanta en cuestión de segundos.

 -¿Qué quieres ahora, Phil?

Phil se acerca despacio a Danny, y noto cómo este último posa su mirada en mí.

 -Me voy.
 -Bien. Por fin te das cuenta de que aquí no eres bienvenido.
 -Déjame decirte una cosa antes.
 -Qué.
 -Mira, Danny, si sé que sobro aquí es por ti. Yo venía a recuperar a Hayley, pero no sé qué le has hecho, Danny... Está más feliz, no sé, hacía mucho tiempo que no la veía así.

La mirada de Danny se ablanda.

 -Todos los tíos que se han acercado a ella lo han hecho para aprovecharse, y aunque aparenta ser la más fuerte de todo este lugar, es la más débil. A la mínima se derrumba, pero las veces que la he visto contigo, la he visto feliz. Ahora sé que ella está bien aquí y que no le hago falta, y a ti tampoco.
 -Quédate.
 -¿Cómo? -Pregunta Phil sin esperarse esa contestación. 
 -Sí, quédate. -Insiste.
 -No puedo, Danny. Créeme que no.
 -¿Por qué?
 -Ya te darás cuenta.

Dicho eso, Danny abraza fuertemente a Phil, y este le sigue el abrazo.

 -Gracias, tío.
 -¿Por qué? ¿Por joderte la vida? -Pregunta Phil confundido.
 -Porque si no llega a ser por ti, seguiría siendo el mismo chico tímido con el que todo el mundo se metía, y entonces nunca hubiera tenido el valor de acercarme a Hayley.
 -Nada, tío. Un placer.

Me acerco a ellos y me pongo al lado de Danny, este pasa un brazo por encima de mis hombros haciendo que así me pegue más a él. Phil me dedica una mirada y una sonrisa, las cuales solo entendemos nosotros dos, y pongo los ojos en blanco.
Phil se marcha por donde vino y volvemos a quedarnos los dos solos.

 -Se acabó. -Digo apoyando la cabeza sobre el hombro de Danny.
 -No más Phil.

Ambos suspiramos.

 -No hemos comido. -Afirma el moreno.
 -Tampoco tengo hambre.
 -Pero yo sí. Así que venga, mueve ese culo y vamos a la cafetería.

Y nada más terminar la frase me da un manotazo en el culo. Me giro al instante y le miro con los ojos entornados y la boca abierta.


 -¿Me has tocado el culo?
 -¿Qué? Oh. Es la costumbre, no sabía que te iba a molestar.

 -Tienes unas costumbres muy...
 -Estás sonriendo. -Me corta.
 -Claro que no. -Sonrío más.
 -Claro que sí. Además, ya te he tocado el culo en otra ocasión. Y no te quejaste. -Levanta una ceja y sonríe de medio lado.
 -Cállate.
 -Vamos a comer, anda.

Danny avanza hasta a mí haciendo que gire sobre mí misma, y caminamos con su mano en mi espalda obligándome a ir a la cafetería.

 -¿De verdad tenemos que comer? -Pregunto con mala cara.
 -Sé que quieres que estemos a solas, pero esta barriga hay que llenarla. -Contesta colocando su mano sobre su barriga.
 -Flipado...
 -A mí no me engañas.

Noto cómo su mano abandona mi espalda y avanza con paso mucho más rápido. Será más rápido, pero esos andares siguen siendo los mismos, con sus manos en los bolsillos y esa manera de ser tan despreocupada y alocada.

 -¿Vienes? -Pregunta dirigiéndome una de sus sonrisas más sensuales.

Automáticamente un escalofrío se apodera de mí y me muero el labio inferior inconscientemente. Solo había visto esa sonrisa una vez, y en circunstancias explícitas. 
Es sorprendente cómo una simple mirada o una simple sonrisa sean capaces de hacerme sentir tantas emociones. Y todas dirigidas a un punto concreto de mi cuerpo.

 -Ve tú, te espero aquí.
 -Como quieras, ¿seguro que no quieres nada?
 -Seguro.

Asienta y se va con la misma despreocupación de antes. 
Tengo que empezar a plantarme qué es lo que siento por Danny.








viernes, 19 de abril de 2013

Capítulo 18: "No es momento para recordar el pasado"


Me acerco a Tom despacio y me siento en la cama de al lado.

 -¿Compones?
 -Algo así.

Deja el cuaderno sobre la almohada y el boli sobre el cuaderno. Me encantaría leer lo que está escribiendo, siempre he querido ayudar a componer.

 -¿Puedo leerlo?
 -Por mí sí, pero tendrás que preguntarle a Danny, esa parte la ha escrito él, yo solo estoy retocándola para que encajen los acordes.
 -¿Danny también?
 -¿Danny también, qué? -Pregunta el moreno saliendo del baño.
 -Nada, nada. -Contesto rápidamente antes de que Tom pueda decir nada.

No he podido saber mucho de Danny en tan poco tiempo, necesito estar a solas con Tom, pero no va a ser fácil teniendo a Danny merodeando siempre por mi camino.
Tom me mira confundido y yo niego levemente para no levantar sospecha.
Danny cruza la habitación y se acerca a su maleta, coge la plancha del pelo y me mira sonriente.

 -Hayley, ¿te gusta la peluquería?
 -Me encanta. -Sonrío, contagiada por su sonrisa y envuelta en mis recuerdos.
 -Yo... Seguiré con la canción. -Dice Tom siendo ignorado por Danny.

***

Al otro lado del campus, se encuentra Phil en los baños del otro edificio lavándose las heridas provocadas por Danny. Se apoya en el lavabo con ambas manos y mira su reflejo con odio.

 -Danny... Maldito cabrón. A pesar de que le di todo, me lo paga quitándome a Hayley. Que le he convertido en un capullo, dice... No tenía ni que haberme acercado a él. Maldito desagradecido. Y Hayley... está preciosa, ni siquiera sé por qué la abandoné, sé que por un lado todavía me quiere, nunca ha dejado de hacerlo, pero por otro sé que me odia. Pero esto no se va a quedar así.

En ese momento aparece Dougie por la puerta del baño. Se acerca a Phil con miedo al rechazo por parte de este.

 -¿Estás bien?
 -¿A ti qué te parece? -Contesta mirándolo a través del espejo con furia en su mirada.
 -Solo preguntaba.
 -Lárgate, enano. 

Dicho esto, Phil abandona el baño con paso ligero, chocándose con cualquiera que pase por su camino. Tiene las ideas claras, todas dirigidas a Danny y ninguna con buena intención.
Al cabo de varias vueltas por los alrededores del edificio, decide esperarlo en un banco cerca de él. 

***

Tom nos ha invitado a pasar la tarde con él y con Gio, pero ambos preferimos quedarnos en la habitación. Quiero saber más de Danny.

 -¿Cómo es que no me habías dicho que componías?
 -¿Ya te lo ha soltado Tom? -Pregunta con gesto de desaprobación. 
 -¿Tan malo es?
 -Más de lo que imaginas. 
 -Tú mismo, pero es una buena excusa para ligar.
 -¿Contigo funcionaría? -Pregunta serio, gesto que me desconcierta.
 -Compruébalo por ti mismo. -Contesto suavizando el ambiente.
 -No lo dudes.

Esta vez sonríe. Una sonrisa cargada de significado. Está claro que quiere llegar hasta el final. No sé a qué final, pero hay uno, eso está claro.
Pero todavía hay algo que me reconcome.

 -Eh... Danny.
 -¿Sí?
 -No me has terminado de contar qué es lo que ha hecho Phil para que reaccionaras así.
 -Ya te lo dije antes. -Espeta cansado- Es algo que pertenece al pasado. 
 -Vale, pero el motivo de los nudillos destrozados no creo que solo sea de tu pasado.
 -No, eso no.
 -¿Entonces?
 -Reventé el puño contra un árbol, solo eso. -Explica sin ser capaz de mirarme a los ojos.
 -Habrá un motivo. -Continúo insistiendo.
 -El motivo es lo que soy.
 -Eso no es ningún motivo.
 -Lo dices muy convencida. -Dice con el ceño fruncido y fija su mirada en mí.
 -Porque lo estoy. -Digo con melancolía.
 -¿Tiene que ver con tu problema del que habla Phil?
 -Eh... Sí.
 -Y me lo...
 -Algún día.

Asiente dando a entender que aquí termina esta conversación. Y, aunque en el fondo quiera saber más de él, no puedo seguir con esto. Porque a la vez que intente saber de él, sé que tendré que hablar de mi pasado también, y no estoy del todo convencida. Aunque sé que sabe algo, por muy poco que sea, se lo debe imaginar.
Pero antes...

 -Una cosa más.
 -Dime.
 -Lo de componer... ¿Tiene algo que ver con...?
 -Más de lo que crees.
 -Entiendo...
 -Ven, vamos a dar una vuelta por el lago.

Se pone de pie y me sonríe esperando un claro "sí". Pero mi sonrisa ya contesta por mí.
Al salir del edificio, veo a Phil sentado en un banco mirando hacia nuestra dirección y aviso a Danny sin quitar la mirada de Phil. Este se levanta y camina hacia nosotros con paso ligero, Danny se pone a la defensiva y tensa la mandíbula mientras mantiene la compostura.

 -Eres un cabrón. ¿Ves cómo me has dejado la nariz? -Espeta muy cerca de Danny.
 -Si no querías que te reventara la nariz, no sé por qué nombraste a mi padre.
 -Admítelo de una vez, tengo razón.
 -Cállate la puta boca.
 -Mira, venía a devolverte el favor que me has hecho rompiéndome la nariz, pero con lo de tu padre estás servido.
 -Hayley, vámonos si no quieres que le parta la cara a este imbécil.

Danny agarra mi mano dispuesto a seguir con su plan de ir al lago, pero en un abrir y cerrar de ojos veo el puño de Phil en la cara de Danny.

 -¡PHIL! -Grito.
 -Ahora ya estamos en paz.

Dicho eso, se va con paso lento. Pero a los pocos metros, se para en seco y me mira con una sonrisa que me da escalofríos. 

 -Bueno, no. Hayley, ven conmigo.
 -No vayas. -Me pide Danny con su mano en su mejilla y con muecas de dolor.
 -¿Para qué quieres que vaya? -Pregunto a Phil.
 -Ven.
 -No vayas.
 -Tengo que ir, Danny, tengo que conseguir que se vaya de aquí.
 -Lo pueden echar cuando quieras.
 -Y volvería otra vez, créeme. Tengo asuntos pendientes con él. ¿Te acuerdas cuando te dije que todavía estaba enamorada de él?
 -Como para olvidarlo... -Dice en un susurro.
 -Me he dado cuenta de que no lo estoy. Así que déjame ir con él.
 -Te espero en el lago.

Suelto su mano y camino hacia Phil. Muchos de los jóvenes y adolescentes que contemplan la escena se acercan a Danny preocupados.

 -Sabía que vendrías. -Dice con tono de superioridad mientras pasa un brazo por mis hombros.
 -Suéltame.

Me aparto de él bruscamente. 
No sé qué es lo que pretende, pero después de haberle partido la cara a Danny, espero que no crea que estoy muy receptiva.
No muy lejos de donde ha ocurrido el pequeño enfrentamiento, Phil me pide que me siente en uno de los bancos que hay. Él imita mi movimiento.

 -Deberías ir a que te miren la nariz.
 -No es nada, no me duele.
 -Allá tú.
 -Hayley, no te he pedido que vengas para que hablemos sobre mi nariz. Tú eres más importante que cualquier cosa que me pase.
 -Ahórrate eso. Sé directo.

En mi otra vida, evitaría mirarle a los ojos para no sentirme diminuta, pero el odio que siento hacia él en este momento me hace ver que soy mucho más fuerte que él.

 -Vete de este campamento, vuelve conmigo. -Me pide tranquilo.
 -No.
 -¿Por qué? Aquí no eres nadie. ¿Crees que le importas a Danny? Solo quiere llevarte a la cama, después no serás nada para él.
 -Infórmate antes de hablar. Aquí me han hecho ver que soy importante para, al menos, una persona.
 -¿Danny?
 -No. Y cállate, no he terminado. Y Danny ya me ha llevado a la cama, y no lo veo muy por la labor de dejarme tirada.

Phil me mira atónito y veo furia y frialdad en su mirada.

 -¿Que ese capullo ha hecho qué?
 -Phil, no soy nada tuyo, tengo todo el derecho del mundo a estar con quien me dé la gana.
 -Por eso estáis tan juntos...

Su mirada cambia automáticamente y noto cierta decepción en sus palabras.

 -No. No somos nada, simplemente pasó y punto. 
 -Tú y yo sabemos perfectamente que acabaréis juntos.
 -¿Qué? -Pregunto perpleja.
 -Hayley, ¿qué pasó después de que me acostara contigo?
 -Que empezamos a salir.
 -Pues eso.

Ahora entiendo lo que quiere decir.

 -¿Cómo? ¡Pero eso no significa que vaya a pasar lo mismo!
 -Hayley... Sois iguales.
 -¿Y qué? Eso no tiene nada que ver.
 -Pero he visto cómo lo miras.
 -¿Y cómo lo miro?
 -Como me mirabas a mí.

Su mirada se clava en la mía y siento una apuñalada en el pecho. Por primera vez me siento mal. Me siento incómoda y egoísta. ¿De verdad me sigue queriendo? Si no lo hiciera, no hubiera venido hasta aquí solo para pedirme que vuelva con él. Pero no puedo volver a caer, algo me dice que si vuelvo a casa con él acabaré destrozada y humillada. De nuevo. Vine aquí para empezar de cero, donde nadie me conociera, vine aquí a hacer amigos, y lo he conseguido. Por eso no debo irme de aquí.

 -Pero eso no significa nada.
 -Tiempo al tiempo, Hayley... Mira, vine aquí para ver si volvías a darme otra oportunidad, y veo que pierdo el tiempo aquí. Será mejor que me vaya.
 -¿Ya está? ¿Te rindes?
 -No es que me rinda, es que sé que no tengo motivos para seguir luchando. Solo déjame darte un último consejo, como acosador o como amigo, como tú veas, pero hazme caso, Danny es un buen tío. Últimamente lo he tratado como una mierda, pero la rabia podía conmigo, sentía que te perdía. Me merecía todo lo que me ha hecho y mucho más, pero ya sabes que soy muy impulsivo, casi tanto como él. Lo conozco, él no se valora lo suficiente, intenté darle todo mi apoyo para que volviera a confiar en sí mismo, pero lo convertí en un capullo como yo. Si ha dado la cara por ti de esa manera, enfrentándose a mí, es porque merece la pena de verdad. Es lo único que me hacía falta ver para darme cuenta de que sobro en tu vida.Y en la suya.

No me esperaba para nada todo lo que acaba de decir. Me esperaba un: "no me voy de aquí sin ti".
¿Ya está? ¿Se acabó todo? ¿No más Phil en mi vida? Parecerá sorprendente, pero no me alegro.

 -Esto es un adiós, supongo. -Termina. 
 -Dejémoslo en un hasta luego.

Ambos nos ponemos en pie y nos miramos con cierta melancolía y nostalgia.

 -¿Un último favor? -Pregunta con miedo a mi respuesta.
 -Claro.
 -¿Un abrazo?

No podría negarme en este mismo instante a un abrazo por su parte. Él me ha enseñado mucho, y no sería como soy ahora si no llega a ser por él. En el fondo le debo algo más que un abrazo. Pero tiempo al tiempo.
Me acerco a él con seguridad y rodeo su espalda apoyando mi cabeza en su pecho mientras él apoya su barbilla en mi cabeza.
Después de un largo rato, acabamos separándonos. Y, por primera vez en mucho tiempo, le dedico una de mis sonrisas más sinceras. No hay nada como acabar una relación con una sonrisa.




lunes, 11 de febrero de 2013

Capítulo 17: "¿A qué juegas, Danny?"


Me levanto de la cama y me acerco a Danny con una sonrisa aclarándole que no pasa nada. Volvemos al aseo y le ordeno que se siente sobre el retrete. Saco el bote agua oxigenada y un poco de algodón del botiquín que hay en la pared. Echo un poco sobre el algodón, cojo su mano y lo aplico sobre sus nudillos. Sus muecas de dolor lo dicen todo aunque intente disimularlo, y no puedo evitar esconder una sonrisa.

 -Eh... Hayley... Hay cosas de ti que no sé, ¿verdad?

¿A qué viene esto? Seguramente me haya visto. No voy a negarle la verdad, hay muchas cosas de mí que no sabe, y que por ahora no va a saber.

 -Sí.
 -¿Me las contarás algún día?
 -Depende de a qué cosas te refieras.
 -Es que... Phil me ha habló de algo.
 -¿Qué te ha dicho ese capullo de mí?

Paro de curarle la herida y levanto la mirada hasta llegar a sus ojos.

 -Pues... -Desvía la mirada y se pasa la otra mano por la nuca intentando así salir de la situación en la que se ha metido él solo.
 -Dímelo.
 -Que estás enferma. -Suelta rápidamente- ¿Es cierto?

Me mira clavando sus ojos en los míos queriendo saber la verdad a través de la mirada. Me quedo bloqueada sin saber qué contestar. ¿Qué derecho tiene Phil para hablar sobre mí? Y más sobre eso.

 -Hayley, ¿es cierto?

Su voz me saca de mis pensamientos y saco la cabeza volviendo a la realidad.

 -¿C-cómo? ¿Le has creído?
 -No. Por eso te lo estoy preguntando ahora. -Dice serio.
 -Bien... Y... ¿Qué ha pasado? ¿Por qué tienes los nudillos así? -Continúo curándole.
 -No me vas a contestar, ¿no?
 -No.
 -¿Por qué?
 -Porque no. Eso pertenece al pasado.
 -Vamos, que sí.
 -... Es el pasado, así que ya no. Olvida este tema, ¿vale?
 -Sí... -Contesta no muy convencido.

Algo me dice que no va a dejar de insistir, es un tema muy complicado. Y si, según él le importo tanto, va a hacer lo posible para llegar al fondo de este asunto.

 -Cuéntame qué ha pasado. -Cambio de tema.
 -Phil no me ha tocado, sé que no es capaz de hacerme nada, pero yo no he podido evitarlo.
 -¿Por qué?
 -Es un tema que pertenece al pasado.

Vuelvo a levantar la mirada hasta cruzarme con esos ojos claros que esconde bajo el flequillo. Disimula una falsa sonrisa de medio lado.

 -¿A qué juegas, Danny? -Pregunto con el ceño fruncido.
 -¿A qué quieres que juegue, Hayley? -Pregunta con una sonrisa juguetona. 

Me aparta su mano y se levanta. Coloca ambas manos en mi cadera y me acerca a él con una sonrisa maliciosa sin apartar su mirada de la mía. Baja la cabeza dirigiéndose a mi cuello y yo echo la cabeza hacia atrás inconscientemente para facilitarle el acceso. Deposita suaves besos y cierro los ojos evadiéndome del mundo.
Pero no puedo seguir con esto.

 -Para, para, para.
 -No. -Gruñe sin apartarse de mi cuello.
 -Por favor... Para...
 -Si lo estás deseando.

Me da un pequeño mordisco  y se me escapa un leve suspiro que provoca que Danny sonría contra mi cuello.

 -Danny...

No quiero pararlo, pero tampoco puedo dejar que siga o acabaremos en la cama de nuevo. Este hombre es mi debilidad. Pero sé que va a volver a acabar mal la cosa.
Me echo hacia atrás separándolo de mí y sujeto su cara entre mis manos.

 -No. -Digo entre jadeos. 


Aparta sus manos de mi cadera y se deja caer de nuevo en el retrete.


 -Joder, Hayley, no me dejes con el calentón. -Dice con un tono de frustración.
 -No eres el único.
 -Pero a ti no se te nota.

Dirige su mirada hacia su miembro y yo no puedo evitar hacer lo mismo. Abro mucho los ojos y se me escapa una risa.

 -Joder, Danny...
 -¿Qué culpa tengo yo de que estés tan buena?

Las formas que tiene este chico de hacer cumplidos son únicas.

 -Gracias, supongo. Pero se me ocurre alguna que otra forma para bajarte esa erección.
 -Y a mí. -Levanta las cejas repetidas veces y sonríe insinuante. 
 -Bueno, siempre puedes ir detrás de las tías con la minga tiesa, lo mismo alguna no se sale corriendo. -Digo entre risas imaginándome la situación.
 -Me refería a ti. -Replica serio.
 -Acaba el trabajo tú solo, te espero fuera.

***

 -¿Por qué me has pedido que pare?

Me saca de mis pensamientos y se sienta a mi lado. Le miro y caigo en la cuenta de que tan solo lleva una toalla enroscada a su cintura. Varias gotas procedentes de su pelo mojado caen sobre sus hombros, espalda y pecho, me muerdo el labio inferior inconscientemente y continúo recorriendo su cuerpo con mi mirada hasta llegar a sus labios, en los cuales se puede apreciar una sonrisa bastante pronunciada que deja ver sus dientes. La dirijo rápidamente a sus ojos y noto cómo el calor cubre mis mejillas, ruborizada.
Me dejo del morder el labio al instante y miro en todas direcciones.
Hayley, por favor... Di algo. ¿He dicho ya que este hombre es mi debilidad?

 -Puedes mirarme.

Sé que está sonriendo.
Vuelvo a dirigir la mirada hacia él. Y sí, está sonriendo.

 -Es obvio que no querías que parase. -Espeta. 


Menudas situaciones en las que te metes, hija. Mi subconsciente sigue quejándose mientras yo intento no ruborizarme más y volver a la situación en la que debería estar.


 -No, no quería. -Digo intentando esconder una tímida sonrisa. Sin éxito.
 -¿Entonces? -Levanta una ceja y pregunta confundido.
 -¿Querías que volviera a ocurrir lo de la última vez?

Esa sonrisa de hace unos segundos desaparece y su mirada se vuelve fría. Sabe perfectamente a lo que me refiero. A su arrepentimiento después de haberlo hecho.

 -No va a volver a ocurrir.
 -¿Cómo es que estás tan seguro de eso?
 -Porque lo estoy.

No pensé que esta conversación fuera a tomar este camino. El ambiente está cargado de tensión y yo empiezo a encontrarme bastante mal. Demasiadas sensaciones totalmente opuestas en tan poco tiempo.
Cierro los ojos, coloco mi mano y mi frente y la deslizo por mi cara. Estoy ardiendo. Y no sé en qué sentido, aunque diría que en todos.
Sacudo la cabeza y dejo atrás esa conversación, no llega a ninguna parte.

 -¿De dónde has sacado la toalla?

Caigo en la cuenta de que su mirada mostraba preocupación, pero ahora, su ceja levantada y su sonrisa me demuestran que se está riendo de mí. ¿Qué clase de pregunta es esa para cambiar de tema?

 -Eh... Estaba en el baño. No te importa, ¿no?
 -No, no.
 -Aunque si quieres me la puedo quitar.
 -No.

Le miro seria mientras él hace todo lo contrario. Su sonrisa me desconcierta y me hace sentir incómoda en este momento.
Se levanta y le sigo con la mirada. Al llegar a la puerta se gira y me mira aun sonriente.

 -Voy a mi habitación a vestirme, y de paso me plancho el pelo, ¿vienes?
 -Sí. Pero no te hagas ilusiones, tenemos que hablar.
 -Contigo es imposible hacerse ilusiones. Y esa frase me da escalofríos.
 -¿Ah, sí? -Digo levantándome- Lo tendré en cuenta.

Suelta una carcajada y niega con la cabeza sonriente.

 -Venga, vamos.

Me aseguro de que la llave sigue en mi bolsillo y salgo de la habitación antes que Danny.

 -Hostia, que me dejo la ropa. Ve tú que creo que está Tom en la habitación.

Sale corriendo hacia el baño y cruzo el pasillo hasta llegar a su habitación. Llamo a la puerta suavemente con los nudillos y una voz conocida suena al otro lado.
Tom abre la puerta sonriente y yo miro al suelo avergonzada, llevo sin verle demasiado tiempo, y la última vez que lo vi estaba bastante enfadado con Danny.

 -¡Hayley!

Su sonrisa se profundiza a la vez que su hoyuelo.

 -Hola, Tom. -Levanto la mirada y clava esos ojos color miel en los míos.

Abre la boca supongo que para decirme algo, pero calla al instante al desviar la mirada a un lado, donde aparece Danny a mi lado con la ropa en sus manos y la toalla todavía enroscada a su cintura.

 -Buenas. -Dice levantando la mano a modo de saludo.

Tom me mira y vuelve a posar su mirada en Danny. Y así repetidas veces. Hasta que Danny parece captar el pensamiento de Tom y frunce el ceño.

 -Eh, eh, Tom, no es lo que piensas.
 -Ya ni sé qué pensar de ti, Danny.
 -Sólo se ha duchado en mi habitación. -Contesto rápidamente para evitar que Tom siga fulminando de esa manera al moreno con la mirada.
 -No quiero saber por qué.
 -No quieras...
 -¡Danny! -Me escandalizo.

Suelta una pequeña risa y yo frunzo el ceño más aun, si eso es posible.
Tom acaba dándose por vencido y deja ver otra pequeña sonrisa antes de volver a lo que estaba haciendo.

 -Pasad, anda.

Se sienta en la cama donde hay un cuaderno, un bolígrado y una guitarra acústica. Y coloca este último objeto sobre su regazo.

 -Podrías haberte cambiado en mi habitación, nos hubiéramos ahorrado esto. -Susurro.
 -Lo siento, lo mío no es pensar.
 -Ya veo...
 -Además, Tom ya sabe lo que pasó entre nosotros.
 -¿¡Qué!?
 -¿Qué cuchicheáis por ahí? -Pregunta Tom mientras anota algo en su cuaderno. 
 -Nada, nada. Voy a vestirme. -Contesta Danny metiéndose en el baño.

Me acerco a Tom despacio y me siento en la cama de al lado. Comienza a tocar acordes en su guitarra y a apuntarlos en su cuaderno. Vaya... así que compone canciones, creo que tengo una excusa para empezar un buen tema de conversación. Y no precisamente de composición, me llama más la atención el pasado de Danny.




sábado, 12 de enero de 2013

Capítulo 16: "Las buenas amistades también acaban"

Noto cierta decepción en su mirada, ¿por qué?

 -Oh... Vaya, no... no me lo esperaba. -Dice soltando un largo suspiro.

Prefiero no insistir, aunque me muero de ganas por saber qué es lo que es esconde.

 -Ven a desayunar conmigo. -Me ordena sacándome de mis pensamientos.
 -He quedado con tu hermana.
 -Pues desquedas, pero yo quiero desayunar contigo.
 -¿No estarás intentando volver a abusar de mí? -Alzo una ceja, insinuante.
 -¿Abusar de ti? -Suelta una carcajada, olvidando la conversación de antes- Yo nunca he abusado de ti, nena.
 -Me emborrachaste. -Digo divertida disimulando una sonrisa.

Este tema de conversación me agrada más, ese lado juguetón y divertido de Danny es arrebatadoramente tentador.

 -Bueno, vale, lo admito, quería emborracharte, y si no nos hubiera interrumpido Tom, hubieras acabado en mi cama. -Sonríe de medio lado- Pero creo recordar que cuando acabé en tu cama estabas totalmente sobria.
 -¿Y cómo es que estás tan seguro de ello? -Frunzo el ceño, divertida.
 -Yo lo sé todo, nena. -Dice con aires de superioridad.

Se para en seco y lo miro desconcertada. Miro a mi alrededor y estamos enfrente del lago, varios recuerdos acuden a mi mente. Sonrío tiernamente, gracias a él este campamento está siendo algo que no creí que fuera posible. Él me hace sonreír en todo momento. Él me está devolviendo a mi niñez, una niña despreocupada.
Me gustaría saber más acerca de Danny.

 -¿En qué piensas? 
 -En ti.

Esos dos monosílabos salen de repente de mi boca sin poder retenerlos. Danny se queda boquiabierto, pero pronto sus labios dibujan una sonrisa tímida y encantadora. Me cuesta aguantarle la mirada en estos momentos, me intimidan sus grandes ojos. Finalmente, acabo rompiendo el contacto visual y miro al suelo, derrotada y avergonzada.
¿Qué estás haciendo con la Hayley Bourne que entró hace apenas unos días?

 -¿En mí? ¿Eres la misma Hayley que me ha mandado a la mierda todos estos días?

Suelto una risa nerviosa.

 -Supongo.
 -¿En qué pensabas... sobre mí? -Pregunta con interés, demasiado interés.
 -Demasiadas preguntas por hoy, señorito Jones.
 -Nunca son demasiadas, señorita Bourne.

Sonríe divertido y un brillo baña sus ojos. Sé sus intenciones, son claras, y me viene una sensación y un recuerdo familiar. 
En un movimiento muy rápido me coge en peso pasando sus brazos por mi espalda y mis piernas. 
Pero en ese momento no estamos solos.

 -Vaya... Ver que mi amigo y mi chica se llevan bien es todo un placer.

Danny me suelta de pronto y nos giramos sobre nosotros mismos. Es Phil.

 -¿Tu chica? Yo no soy tu chica. -Espeto.
 -Oh, claro que lo eres, no te engañes.
 -Yo seré tu chica cuando yo diga que soy tu chica, no decidas por mí, confórmate con todas las tías que hay aquí.
 -Hola de nuevo, Hayley. -Susurra Danny y me arranca una sonrisa a pesar de la tensión que se respira.
 -Cállate. -Le doy un leve codazo sin desviar la mirada de Phil que se acerca a paso lento.
 -¿Qué hacéis aquí tan pronto? -Dice con cautela.
 -Lo mismo que tú. -Contesto borde.

Se acerca más a nosotros y coloca cada brazo alrededor de nuestros hombros. Me incomoda, necesito irme.

 -Me voy a desayunar. -Digo de mala gana deshaciéndome del brazo de Phil.
 -¿Y mi desayuno? -Pregunta Danny desconcertado.
 -Vicky.

Le contesto secamente mientras me alejo de ellos, no puedo estar en esa situación, la tensión se puede cortar con un cuchillo. Miedo me da dejarles solos, sobretodo conociendo a Phil, aunque... son amigos, ¿no?
Finalmente me voy a la cafetería olvidándome de ellos.

 -Danny, te conozco. -Dice Phil con tono amenazador.
 -¿A qué viene eso? Ya sé que me conoces, al igual que te conozco yo a ti. -Espeta.
 -No te acerques a Hayley. 
 -Tú no eres quien para decirme con quien debo juntarme.
 -No lo digo por ti, Danny, lo digo por ella. Déjala en paz.
 -No voy a dejarla. Tú eres el que debería irse de aquí, Phil.
 -No me iré de aquí sin ella. 
 -Contigo no irá a ningún lado, no te engañes.
 -¿Cómo es que estás tan seguro de eso? La tengo comiendo de mi mano, Danny, asúmelo, es mía. Siempre será mía. Yo la salvé de aquella tortura.
 -¿Como a mí?
 -Exacto. 
 -Entonces no debe seguir contigo. 
 -¿Cómo? -Pregunta Phil abriendo mucho los ojos.

La conversación empieza a torcerse y de ahí no puede salir nada bueno.

 -Me convertiste en un capullo, Phil, seguí todos tus pasos. 
 -¿Me estás llamando capullo?
 -Lo que te estoy diciendo es que no es normal que la abandonaras de esa manera si, según tú, la querías.
 -Veo que te ha contado cosas sobre mí. -Sonríe irónico.
 -Sí. -Contesta Danny secamente.
 -¿Y la crees?
 -¿No debería? -Levanta una ceja.

Phil suelta una carcajada y mira a Danny serio.

 -No te creas todo lo que te dice una enferma.
 -¿Enferma? -Pregunta atónito.
 -Oh, entonces no te lo ha contado todo, ¿no? Yo no voy a hablar de ella, Danny, pero antes de creer todo lo que te diga, infórmate de quien es.
 -¿Qué quieres decir? -Dice desconcertado.
 -He dicho que no quiero hablar de ella, solo quiero que te alejes.
 -¿Por qué? Solo soy su amigo, uno de los pocos que tiene aquí. -Dice desviando la mirada hacia el suelo.
 -¿Ya te has encaprichado?
 -¡No! -Miente- Soy demasiado cabrón para ella.
 -Hasta tú mismo lo reconoces, Danny.
 -Yo por lo menos soy consciente de ello, Phil.
 -¿Qué insinúas? -Pregunta tensando la mandíbula.
 -Que tú eres igual de cabrón que yo. Competíamos por las tías de nuestro instituto como si fueran objetos o premios. Tal vez eres tú el que no debe acercarse a Hayley.
 -Ella me quiere. -Añade Phil convencido de sus palabras.
 -Te quiere porque la tienes hipnotizada, Phil, no conoce a tu verdadero tú, por eso te quiere.
 -¿Insinúas que te quiere a ti?
 -No. -Contesta con dolor en sus palabras.

Phil suelta una carcajada.

 -Es cierto, ¿quien va a quererte? Ni tu padre te quiere.

La mano que Danny tenía cerrada en un puño desde hace rato, acaba en la nariz de Phil, dejándola rota.

 -¿Pero qué haces, gilipollas?
 -No nombres a mi padre.
 -Acéptalo, Danny, os abandonó.

Danny continúa pegandole, le revienta el puó en la mandíbula y este cae al suelo.

 -Aléjate de Hayley. -Espeta Danny.
 -Para mí estás muerto, Danny. ¡Muerto!
 -Bien.

Y Danny se va dejando a Phil en el suelo.

Veo a Danny pasar por al lado de la cafetería, gracias a los grandes cristales que semejan una pared. Lo observo y lo miro boquiabierta temiéndome lo peor. Me fijo en su mano manchada de sangre y mis sospechas son ciertas. Danny fija su mirada en mí y mi corazón vuelve a encogerse. Dirijo mi mirada hacia Vicky, que está pidiendo otra magdalena, suspiro aliviada, menos mal que no ha visto a su hermano así. 
Me acerco a ella y la aviso de que me tengo que ir, que me acaba de surgir algo. Ella asiente y me sonríe con una mirada tranquilizadora.
Salgo rápidamente de la cafetería y me acerco a Danny que sigue caminando a paso lento.

 -Danny... Danny, ¿qué ha pasado?

Se para y se gira, y me mira con ojos ardientes. Con odio hacia sí mismo.

 -Nada.
 -Danny, ¿qué coño ha pasado?
 -No ha pasado nada, Hayley, no te preocupes, vuelve con Vicky.
 -¿¡Qué cojones ha pasado!? ¡Estás sangrando!

Mira su puño cerrado y contempla la sangre de sus nudillos.

 -Esta sangre no es mía. -Dice con toda la tranquilidad del mundo.

Me desespero por momentos, tengo los nervios a flor de piel.Quiero saber qué ha pasado. Necesito saberlo.
Mira su otro puño y cierra los ojos.

 -Esta sí. -Añade.
 -¿Es de Phil? -No contesta- Danny, ¿de quién es? Cuéntamelo ya. Por favor.

Las lágrimas bañan mis ojos pero no dejo que se derramen, tengo miedo. No conozco a Danny, no sé de qué ha podido ser capaz. ¿Y Phil? ¿Dónde está Phil? 
Vuelve a fijar la mirada en mis ojos llorosos y el gesto de su cara cambia. Vuelve a mirarse el puño y de nuevo fija sus ojos en mí. ¿Qué le pasa? 
Noto la tristeza en su mirada, por fin hay expresión en su rostro.

 -Sí, es de Phil.
 -¿¡Dónde está!?
 -La última vez que lo vi, estaba en el lago. Ahora no lo sé. -Contesta seco.

Pienso en ir a buscar a Phil, pero entonces caigo en la cuenta de que él nunca ha estado cuando más lo he necesitado, en cambio, Danny sí. Y sé que me necesita ahora.

 -Vamos a curarte eso, ven.

Me mira sorprendido, lo más seguro es que pensara que me iría con Phil en vez de con él.
Le cojo de la mano y me lo llevo al baño de mi habitación. Abro el grifo y meto sus manos en el lavabo, pero ver la sangre, por poca que sea, deslizarse por el lavabo junto con el agua del grifo, hace que un recuerdo no bienvenido venga a mi mente. Mi mirada se pierde y me quedo bloqueada. Sacudo rápidamente la cabeza varias veces bajo la atenta mirada de Danny.

 -Sigue tú, cuando acabes avísame para que te cure la mano.

Salgo del baño sintiendo la mirada de Danny en mi nuca, me siento en el borde de la cama y suspiro. Me remango la chaqueta y miro mi brazo derecho con odio. Cierro los ojos y acaricio una de las cicatrices que me provoqué en mis intentos de suicidio. 
Abro los ojos y veo que está Danny apoyado en el marco de la puerta, me bajo la manga rápidamente y me pongo en pie disimulando.

 -¿Ya? -Pregunto con una sonrisa nerviosa.

Él tan solo asiente, confundido. ¿Me habrá visto las cicatrices? Un escalofrío recorre mi cuerpo y me estremezco. 
No quiero que nadie sepa que fui una suicida.