jueves, 9 de mayo de 2013

Capítulo 20: Confesiones


 -¿Hayley? -Pregunta una voz a mi espalda.

Me giro para ver de quién se trata. Es Dougie. Tengo la sensación de no haber hablado con él en días.
Me acerco a él y le dedico una sonrisa tierna. Ni yo misma sabía de la existencia de esta sonrisa.

 -¿Qué haces aquí? -Pregunto.
 -Dar una vuelta... Hoy no ha sido uno de mis mejores días.
 -¿Y eso?
 -Primero ha entrado un chico con la nariz rota, creo, al baño y me he acercado a él para preguntarle si estaba bien. Él solo me ha contestado con un bufido y se ha ido. Y ahora me acaban de dar con un balón en la cara. Si lo sé no hubiera salido de la cama hoy. -Río ante ese último comentario.
 -Tú tranquilo, además, pasa del chaval con la nariz rota, no lo vas a volver a ver si es quien creo que es.
 -¿Cómo estás tan segura de eso?
 -Era Phil.

Dougie abre mucho los ojos y alza las cejas a modo de sorpresa.

 -¿El mismo Phil que...?
 -El mismo. Y aunque parezca mentira ya está todo arreglado. Ni yo misma me lo creo.
 -¿Crees que lo volverás a ver alguna vez?
 -Lo dudo mucho... -Me quedo pensativa mirando al suelo.
 -Bueno, ¿y qué haces aquí sola? -Cambia de tema. Cosa que agradezco.
 -Esperando a Danny, que no hemos ido a comer y él tenía hambre.
 -Cierto, que no os he visto en la cafetería. Danny es un buen chico, ¿no?
 -Quiero creer que sí. De momento no me ha hecho creer lo contrario.
 -La verdad es que él es uno de los pocos que nunca se ha metido conmigo. 
 -¡Ya estoy aquí! -Grita una voz a mi espalda- Hombre, enano, ¿qué haces por aquí? Lo siento, pero Hayley no está disponible.

Le dedico una falsa sonrisa ante la genuina broma e invito a Dougie a pasar la tarde con nosotros. Danny no pone ninguna pega y eso me agrada.
Danny ha traído más bollería que comida sana y me ha obligado a comer, dice que no puedo estar sin comer nada todo el día. Aunque para las horas que son... Que más da esperar a la cena.

 -Así que ya no va a volver Phil. -Comenta Dougie.
 -Parece ser que no. -Contesta Danny mirándome con una sonrisa en la cara. 

Esa sonrisa me deja sin palabras, en esa sonrisa sí que veo claro el mensaje que quiere transmitirme. En esa sonrisa hay un claro "ya no hay nada ni nadie que se interponga entre nosotros".
Pasamos la tarde entre risas y anécdotas de Danny, veo a Doug cada vez más a gusto con él, y me encanta verlos así.
Cenamos en cuestión de minutos y nos despedimos del rubio con una amplia sonrisa. Hora de subir a la habitación, necesito descansar. Abro la puerta y al girarme para cerrarla y despedirme de Danny, este no está donde lo dejé.

 -¿Qué lado de la cama prefieres?
 -¿Cómo coño has entrado? -Pregunto sobresaltada.
 -Por la puerta. ¿Qué lado de la cama prefieres?
 -¿Cómo? -Pregunto cruzándome de brazos. 
 -¿No me invitas a dormir contigo?
 -No.
 -Pero ya no hay Phil. -Contesta nervioso. 
 -¿Eso qué tiene que ver? Antes tampoco había Phil y no te invitaba a mi...
 -Una vez. -Me interrumpe- Y quieres que vuelva a pasar.
 -¿Y tú? ¿Tú quieres que vuelva a pasar? Pregunto. Porque eso no fue lo que dijiste al acabar de hacerme el apaño.
 -Ya, pero... -Se calla.
 -¿Por qué, Danny? ¿Por qué te fuiste así?
 -Es difícil de explicar.
 -¿No te querías quedar aquí esta noche? Tenemos tiempo.
 -¿No puede ser mañana? -Pregunta con una sonrisa forzada.
 -Ahora o nunca. Tú eliges.

Este es el momento, no puede esperar más. Si de verdad confía en mí, como me ha hecho ver, no sé por qué le cuesta tanto contármelo.
Se sienta en la cama y apoya sus antebrazos en sus piernas dirigiendo su mirada hacia el suelo. Me quedo de pie con los brazos cruzados esperando a que hable. A que me cuente de una vez qué es lo que se le pasó por la cabeza para que me dejase tirada de esa manera.

 -¿Puedes sentarte? -Pregunta dirigiendo su mirada hacia mí- Tu actitud me incomoda bastante.

La verdad es que esta situación me ha puesto en tensión, y así no va a confiar en mí.
Relajo los músculos, dejo de fruncir el ceño y me siento a su lado de manera que mi cuerpo queda mirándolo. Él, en cambio, no cambia de posición, simplemente vuelve a dirigir su mirada al suelo.

 -Mira, Hayley. -Clava su mirada en la mía- Tal vez después de esto me consideres como un gilipollas y no quieras saber nada más de mí. 
 -Ya te considero un gilipollas, puedes estar tranquilo. -Bromeo intentando suavizar este ambiente tan tenso.

Sonríe levemente. Parece que ha funcionado.

 -Sé que no te dejé explicarte en su momento, pero entiéndeme, estaba cabreada.
 -Lo entendí perfectamente, además, yo tampoco sabía exactamente por qué dije eso.
 -¿Y ahora? -Pregunto realmente interesada.
 -Ahora... Me arrepiento de haberlo visto.
 -Pero dijiste que no querías joder las cosas conmigo.
 -No quería. Pero me llamaste la atención desde el primer día, y cuando creí que habíamos hecho algo aquella noche en la que nos emborrachamos, me sentí una mierda, quería empezar las cosas bien por una vez. Pero cuando dijo Tom que no pasó nada, me quedé con las ganas de pensar que sí había pasado algo. Y por eso lo hice.
 -Espera, espera, espera. Despacio. No querías joder las cosas, pero al final lo acabaste haciendo.
 -Es un buen resumen, sí.
 -¿Y por qué pensaste que acostarte conmigo iba a joder las cosas?
 -Porque sí, no sé, quería que esa vez fuera diferente, tú... tú eres diferente.

Nos quedamos mirando durante un largo rato, pero decido romper el contacto visual. No tengo claro ningún sentimiento más allá de la amistad.Y esta conversación no me lo está poniendo fácil. Yo soy diferente a las demás, vale, ¿en qué sentido? ¿En el sentido de no volver a acostarse conmigo porque solo me ve como una amiga? ¿O en el sentido de que quiere que sea algo más que una simple amiga? La primera opción me decepciona, y la segunda me da miedo. Por favor, que alguien me haga un croquis de mis sentimientos.

 -Pero por lo menos habrás recapacitado y te habrás dado cuenta que después de hacerlo con una tía, la mejor frase no es: "No debería haber pasado", ¿no? 
 -Sí, eso creo que ya me ha quedado claro. -Sonríe avergonzado.
 -Solo quiero que sepas que no hubiera cambiado nada, siempre que lo hubiéramos hablado, como ahora. No estoy preparada para ninguna relación, y menos ahora cuando acaba de reaparecer Phil en mi vida. Aunque se haya vuelto a ir.

Miro al suelo con nostalgia y Danny se acerca más a mí y levanta mi cara apoyando sus dedos en mi barbilla. Acaricia mi cara y cierro los ojos evitando que una lágrima traicionera se me escape.

 -Bueno, será mejor que me vaya ya. -Dice levantándose de la cama.
 -No. Quédate. -Le pido seria.

Danny me mira perplejo, y una sonrisa aparece en su rostro. Intenta disimularla, pero es tan pura y sincera que el brillo que desprenden sus ojos, lo delatan.

 -Deja de babear por mí. -Digo riendo.
 -¿Cómo puedes ser tan bipolar? Es imposible seguirte.
 -Me gusta ver la cara que se te queda cuando no sabes qué contestar.
 -Oh, qué maja. -Sonríe falsamente- ¿Entonces me quedo o no? 
 -Tú verás. -Digo indiferente, aguantándome la risa. 
 -DIOOOS. Por favor, ponme un cartelito cuando bromeas o no.
 -JAJAJA. Quédate, es divertido cabrearte.
 -Ahora debería irme. Pero no lo voy a hacer porque es lo que quieres. -Dice frunciendo el ceño.
 -A no seeer...
 -¿A no ser, qué? Hayley, ¿qué coño has cenado? -Dice con una mueca divertida.
 -Puede que me haya fumado algún que otro porro. -Me quedo pensativa.

Estallo a carcajadas cuando veo la cara de Danny. Este, cuando reacciona al fin, se una a mis risas.

 -Te propongo una cosa. -Dice mientras se acerca a mí.
 -Dime. -Hablo cuando por fin consigo parar de reírme.
 -Vamos a jugar a un juego.

Y sonríe diabólicamente, dejando un destello depravado en su mirada.

 -Espérame aquí. -Asiento con una sonrisa en la cara.

Sale rápidamente de la habitación a buscar yo que sé qué. Hacía mucho tiempo que no me reía así, le agradezco muchísimo a Danny por darme este verano, nunca imaginé que fuera a ser así. Tengo que empezar a comportarme mejor con Karen, si no fuera por ella, nunca habría conocido a Danny.
Justo en ese momento, Danny llama a la puerta, me acerco a abrirle y aparece con dos botellas de vodka negro en la mano y me dedica una sonrisa pícara.

 -¿De dónde has sacado eso? -Pregunto señalando las botellas.
 -Nunca preguntes a Danny Jones de donde saca el alcohol, muñeca.
 -Em... Vale. Pero, ¿dos? ¿No crees que con una es suficiente?
 -Nunca es suficiente.
 -No vas a aguantar ni media botella. -Le desafío con la mirada.
 -Con que esas tenemos, ¿eh? Está bien, hasta que no terminemos con las dos botellas, no paramos.
 -¿Qué? -Pregunto incrédula- No. Si con media botella ya te puedes aprovechar de mí que yo voy a disfrutar cual niña pequeña en un tiovivo.
 -Gracias por la aclaración. -Clava sus ojos en los míos con un claro pensamiento. 
 -Danny, deja una botella.
 -Vale.

Deja la botella encima de la cómoda y se sienta en el suelo con la otra. ¿Y los vasos? ¿Es que no ha traído vasos? Aunque no sé de qué me sorprendo, si este piensa más con el pene que con la cabeza.


 -No has traído vasos, ¿no?
 -Eh... No.

 -Espera, que creo que aquí hay.

Me acerco a la cómoda y abro el último cajón, saco dos vasos de chupitos.

 -¿Y esos vasos? -Pregunta sorprendido.
 -Nunca preguntes a Hayley Bourne de donde saca los vasos, muñeco. -Le guiño un ojo.

Este sonríe y me hace un gesto para que me siente enfrente de él.

 -Juguemos al "Yo nunca". -Dice animado.
 -¿Tú y yo solos? ¿Sin nadie más?
 -Sí, ¿por qué no?
 -Vale, vale. Pues... Empiezo.
 -¿Y por qué empiezas tú?
 -Porque quiero, porque esta es mi habitación y porque he traído los vasos. ¿Te sirve?
 -Borde.
 -Guapo.

Le lanzo una sonrisa cargada de falsedad y él corresponde con un guiño y una sonrisa de superioridad. Odio cuando se pone en ese plan.

 -Va, venga. Yo nunca... Me he liado con una tía.

Y como es de suponer, Danny echa el alcohol en su vaso y bebe de un trago.

 -Yo nunca he me pajeado en público.

Abro mucho los ojos y acto seguido le dedico una mueca divertida.
Ninguno de los dos bebemos.
Después de unas cuantas preguntas en la que cada uno hemos bebido lo correspondiente, ambos tenemos el punto cogido y las confesiones van teniendo menos sentido.

 -Yo nunca me he tirado por un tobogán gritando: JUMANJIIIIII.

Para mi sorpresa, Danny bebe. Le miro y me empiezo a reír a carcajadas.

 -¿Qué? Es divertido, deberías probarlo.
 -Algún día me llevas a algún parque y lo hacemos.

Callo ante la frase que acabo de soltar y me tapo la boca rápidamente.

 -Lo de gritar jumanji, y eso... -Rectifico avergonzada.
 -Ya... JAJAJA.

Nos quedamos en silencio mirándonos a los ojos sonriendo embobados. Al romper el contacto visual, miro la botella y me doy cuenta de que queda bastante poco de vodka.

 -Ya no queda casi nada. -Dice leyéndome la mente- La terminamos, ¿no?
 -Pf... Yo no sé si debería seguir bebiendo, me estoy empezando a marear.
 -Venga, si queda poco, vamos a terminarla conociéndonos un poco mejor.
 -¿Cómo? -Pregunto queriendo saber qué es lo que se le ocurre esta vez.
 -Yo te hago preguntas y tú contestas. Y luego al revés.
 -Vale. Empieza. 
 -¿No quieres empezar tú? -Pregunta. Niego con la cabeza sonriendo y él se encoge de hombros- Tendrás que responder a todo lo que te pregunte, ¿de acuerdo? -Asiento- Vale, pues... ¿Qué es lo que más te gusta de mí?

Se nota que el efecto del alcohol ya ha hecho efecto en nosotros, por lo menos en mí, porque no me siento incómoda con la pregunta que me ha hecho. 

 -Cuando te cabreas.

Sonríe divertido y se queda pensativo. Supongo que está buscando una pregunta más atrevida por la sonrisa pícara que se le escapa.

 -¿Quieres que pase la noche contigo?
 -Sí.
 -¿En tu cama?
 -Sí.
 -¿Pegados?
 -Sí.

Ambos nos vamos acercando cada vez más a medida que contesto a una de sus preguntas hasta quedar a pocos centímetros de distancia.

 -¿Quieres besarme?
 -Sí.-Contesto con una sonrisa juguetona.

En ese momento, Danny intenta acortar la distancia que nos separa pero yo me incorporo y bebo mi chupito.

 -Me toca. -Digo con una sonrisa amplia.

Danny me mira sin entender nada, pero finalmente acaba sonriendo e incorporándose también.






No hay comentarios:

Publicar un comentario